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Todos hemos tenido alguna vez el sueño o la oportunidad de trabajar en otra ciudad e incluso en otro país. Pero antes de empezar a empacar tus maletas para mudarte hay cosas que debes tomar en cuenta para que la aventura no se convierta en un fiasco. 

Por lo general, cuando nos ofrecen un empleo en otra ciudad, lo que más nos llama es tener un mejor sueldo, un cargo más prestigioso o la emoción de estar en un lugar nuevo, pero a veces no tenemos en cuenta otros aspectos que son muy importantes para que todo salga bien. 

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Así que antes de llamarle a la mudanza, piensa bien en esto:  

1. Costo de vida

Es vital hacer una investigación previa para saber si la ciudad destino tiene un mayor o menor costo de vida, y si lo que te ofrecen es suficiente para cubrir tus necesidades en cuanto a vivienda, servicios, entretenimiento, etc. A veces nos ofrecen un sueldo que suena muy bien para nuestra situación actual, pero al llegar a la nueva ciudad resulta que todo es más caro y apenas nos alcanza.

2. Oportunidades de crecimiento profesional

Por lo general, si te mudas a una ciudad pequeña con un puesto alto, lo más probable es que no puedas crecer mucho más, que te cueste más trabajo o que no haya posibilidad de expandirte, y eso puede ser muy diferente a la perspectiva que tienes sobre tu futuro. 

3. Satisfacción personal

¿La ciudad a donde te mudarías realmente te gusta? A veces nos llegan oportunidades que son perfectas en lo laboral, pero en realidad el lugar de residencia no tiene nada que nos encante. Al final, el trabajo no alcanzará a compensar la insatisfacción que sentirás por tu vida fuera de la oficina.

4. Familia

Si estás por tu cuenta, este no es un gran problema, pero si tienes personas que dependen de ti (pareja, hijos, padres, hermanos, etc.), las cosas se complican. Debes pensar si todos están de acuerdo con el cambio, en dónde trabajará tu pareja o a qué escuela irán tus hijos. Incluso si solo tienes una mascota, ¿qué pasará con ella? No conviene que solo seas tú quien lleve la carga económica o que te mudes sola y los demás se queden en el lugar de origen, ya que implicaría más gastos. 

5. Red de apoyo

Estando en tu ciudad cuentas con una red de gente que te apoya ante cualquier problema material o emocional. Por ejemplo, si tu mamá te prepara las comidas o tu amiga cuida a tus mascotas cuando trabajas hasta tarde, ¿podrías resolver esos detalles sin ayuda? 

6. Contactos

La pregunta clave que debes hacerte es: “Si de pronto pierdo este trabajo, ¿tengo contactos que me ayuden a encontrar un nuevo empleo en ese lugar? Y si es así, ¿aún valdrá la pena vivir ahí?”. Recuerda que el hecho de que te hayan ofrecido el puesto no es garantía de que lo conservarás a largo plazo.

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Por último, debes reflexionar si de verdad un cambio tan importante va contigo y con tu personalidad. Hay quienes no se visualizan fuera de su entorno, y quienes desde siempre han querido lanzarse a la aventura. Ninguna de las posturas está mal, solo son diferentes y debes identificar de qué lado estás para saber si lo tuyo es mudarte o quedarte en casa.