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Las fantasías sexuales es algo de lo que más disfruto, me gusta imaginar primero una escena y después realizarla, pero también me gusta que mi pareja me comparta sus fantasías sexuales. Una vez un galán me dijo que le excitaba la idea de verme vestida de recamarera y se la cumplí, obvio, él se puso como león en la cama.
 
Hace poco una amiga se me acercó hecha un manojo de nervios porque su novio le había solicitado que se pusiera una minifalda de cuadros súper pequeña para hacerlo. Ella pensó lo peor, que su chico era un pedofilo y que le gustaban las adolescentes. Para calmarla le dije que en mi experiencia ésa era una de las fantasías sexuales que más me habían confesado los chicos, que no tenía nada que ver con que él tuviera alguna parafilia, incluso hasta la acompañé a comprar el atuendo para hacerle realidad la fantasía a su galán. Después me platicó que él quedó extasiado. Y es que, seamos sinceras, las fantasías sexuales son estímulos altamente placenteros, aunque muchas veces las guardemos en privado.
 

Dato: Los sexólogos afirman que las recreaciones sexuales de la mente son empleadas tanto por hombres como por mujeres, sólo que de diferente forma. De hecho, hay cifras que indican que el 80% de nosotras tenemos pensamientos “PROHIBIDOS” al hacer el amor.

 
NO TODO TIENE QUE SER REAL
Pero no te vayas con la idea de que tooodas las fantasías deben llevarse a la realidad, pues así como en nuestra mente a veces llegamos a vernos teniendo sexo a la fuerza, en la vida real no sería nada satisfactorio, es más creo que ni siquiera nos planteamos la posibilidad, y en eso radica su fascinación, en que son seguras, íntimas y ficticias. Pero ¿qué pasa cuando queremos hacer realidad esas imágenes “sucias” de nuestra mente? Pues una cosa es pensarlo y otra decirlo, y otra aún más compleja es que nuestra pareja se sume al juego, aunque si el beneficio también va a ser para él seguro que va a cooperar.

Revelar nuestras fantasías requiere además de confianza con tu pareja, puedes iniciar este juego haciendo “un pacto de intercambio de fantasías sexuales”. Empieza por lo menos difícil y aumenta el tono poco a poco. Sobre todo sé simbólica. Por ejemplo, si imaginas que un desconocido te obliga a tener sexo con él, dile a tu pareja que quieres que te haga el amor cuando menos te lo esperes y que debe seguir adelante aunque tú protestes.
 

SUMÉRGETE EN LA FANTASÍA
¿Estás lista para ampliar tu repertorio sexual y penetrar en el mundo de la ensoñación sexual? Bueno, entonces tu pareja y tú se encargan de las reglas y nosotros de las ideas. ¡Que comience la diversión!

Las fantasías sexuales más frecuentes de las mujeres son:
-          Tener sexo con un hombre que no es su pareja
-          Imaginar ser objeto de una violación, llevada a cabo por uno o varios hombres.
-          Tener sexo lésbico
-          Relaciones violentas, en las que se establece una relación sádica o masoquista.
-          Hacer un trío
-          Tener sexo anal

Las fantasías sexuales más frecuentes de los hombres son:
-          Tener sexo con más de una mujer
-          Acostarse con una celebridad
-          Tener sexo con compañeras del trabajo o amigas.
-          Que su pareja se disfrace de colegiala, enfermera o secretaria.
 

Y POR ÚLTIMO, TE DOY UNA IDEA PARA QUE LE RECREES UNA FANTASÍA A ÉL: EL CONSULTORIO SEXUAL
Unifórmate de enfermera, con liguero, medias blancas y toda la cosa. Tú chico será el paciente que va a colocarse una inyección debido a infección en la garganta. Cuando estén preparando el material para la “inyección” dile que necesitas que se desnude por completo para poder hacer bien tu trabajo. Él, un poco desconcertado,  te contesta que no cree necesario hacerlo, a lo que tú le respondes enérgicamente que sabes lo que haces. Una vez que desnudo le pides que se acueste boca arriba en la “camilla” (tocador, cajonera o cualquier mueble excepto la cama). Entonces le abres las piernas y enfundada con guantes quirúrgicos le sujetas el pene mientras lo examinas atentamente. Recorre el glande con el dedo al mismo tiempo que le masajeas sus testículos.  Tu chico deberá de protestar un poco por tu carente profesionalismo, sin embargo, al instante comenzará a confesarte lo  excitante que le parece tu proceder. Mientras tanto, muy seria, le pides que te describa cada una de las sensaciones que está experimentando. Luego pellízcale el trasero, bésalo, lámelo… y concluye la escena montándolo hasta que alcance el orgasmo. 
 

Anímate a hacer realidad tus FANTASÍAS SEXUALES y verás que EL SEXO jamás volverá a ser el mismo.
 
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