Veintitantos

 

Obviamente, la parte más importante del sexo es el orgasmo, pero casi todos desconocemos por qué el cuerpo entra en trance y muestra mente llega a alcanzar las estrellas.

 

Sin embargo, ahora un neurocientífico llamado Adam Safron comprobó que el ritmo físico de nuestros cuerpos influye con el ritmo neuronal, combinación que hace posible una explosión éxtasis. 

 

Safrón concluyó que existe una sincronización entre la estimulación genital y cómo se comportan nuestras neuronas. Lo que se traduce en que esta estimulación rítmica acentúa las oscilaciones neuronales a determinadas frecuencias creando una especia de swing interior. 

 

En palabras terrenales, esto quiere decir que “la sincronización es importante para la propagación de las señales en el cerebro, porque las neuronas son más propensas a encenderse si son estimuladas varias veces dentro de un breve lapso de tiempo. De lo contrario las señales se descomponen como parte de un mecanismo general de restauración que nos lleva de vuelta a un estado normal”.

 

"La creencia de que las experiencias sexuales pueden ser como los estados de trance es de alguna manera antigua, pero los estudios modernos de neurociencia apoyan esta idea”, señala Adam.