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50 sombras de Aydeé: Un amante a la medida

Las ventajas y desventajas de salir con un hombre amante de tus GRANDES curvas

Autor: 
Aydeé Treinta
iStock
14 Ago 2015
Categorías: 
Vivan las curvas
Yo amo mis curvas
Columna

Muchas mujeres, en cierto modo, anhelamos conocer a un hombre al que le guste nuestro cuerpo tal y como es, que disfrute todas y cada una de sus curvas; que no le moleste tu abdomen abultado, que tus brazos anchos le parezcan adorables, tus muslos anchos sean su delirio y que tus pechos grandes, o de plano enormes, sean para él sinónimo del paraíso. Creemos que un amante así es lo ideal, alguien que diga: “Con esa gordita y un jarro de atole no pido más”. Piropo mexicano popular que se usa para decir que a una persona le gustan las mujeres de curvas GRANDES. Yo conocí a uno así una vez y no todo lo que es oro brilla.

Conocí a 'Mr. G' en la época en la que trabajé de vendedora de una empresa de computadoras, era uno de los vendedores principales y yo era su asistente, le iba muy bien, era una de esas personas tan perfeccionistas que caía mal.Yo me sorprendí mucho cuando su socio le dijo que eligiera una secretaria de las nuevas asistentes y me eligió a mí. Me sorprendí porque por su trabajo supuse que requeriría una persona con mejor presentación ya que iban muchos proveedores. El punto desde que empecé a trabajar con él y era agotador.

Un día estábamos en la oficina, era sábado en la tarde ya no había nadie más que la persona de vigilancia y esa persona estaba en su caseta; estamos checando unos equipos para describirlos y me mandó a la bodega por una caja, no soy muy buena para cargar objetos pesados y me atreví a decirle que me ayudara, había una escalera, la caja estaba en una repisa alta y me dijo que yo subiera y que sólo jalara la caja y que él estiraba los brazos para alcanzarla; yo traía pantalones, no había problema, además lo que me urgía era que nos fuéramos de allí, era sábado y yo tenía otros planes con mis amigos... ¡qué ilusa! Nunca me imaginé lo que iba a suceder.

Debo de mencionar que si teníamos como que onda sexual, él me me gustaba y yo me daba cuenta como me veía a veces, pero como siempre era tan estricto y perfeccionista no se me antojaba para nada avanzar algo más, a veces ni me pelaba, por eso mejor no avancé mucho, según yo, para trata de tener algo más. Bueno, volviendo al asunto de la caja, le pasé la caja y cuando estaba a punto bajar la escalera pone sus manos en mi cadera y me agarra según para que no me fuera a caer, ya abajo sentí la presión de sus manos firme en la cadera y no me soltaba, me di la vuelta, me tomó de los hombros y nos dimos un beso, pero de esos besos de 'tiene como un año que no besó nadie'.

Empezaron a subir las cosas de tono y de repente recordé que había cámaras en la bodega, me pidió que nos fuéramos a otro lado y pues no sé que me pasó, tanta intensidad: me convenció. Fue tremendo, fue una de las cosas más intensas que me han pasado, era impresionante lo extasiado que estaba; yo estaba entre excitada y sorprendida porque el hombre literal besaba y mordía muy sexy e intenso: mis pechos, brazos, las piernas y el abdomen… ¡Mi abdomen que yo no soportaba ni ver porque siempre ha sido muy prominente! El hombre de verdad disfrutaba acariciarlo, lo tocaba, era impresionante.

Al principio pensé: ”Me acabo de sacar la lotería, no sé cuánto dure esto pero me acabo de sacar la lotería. ¡Al hombre le gustó así!” Pasaron los días y seguíamos teniendo una sana relación laboral y no éramos pareja porque tal cual nunca me preguntó “¿Quieres ser mi novia?” Aunque nada se lo impedía, era soltero y era 10 años mayor. En lo que si hubo un cambio fue en el trato, se enojaba menos en el trabajo, el hombre siempre tan ocupado que comía en la oficina, ahora comía conmigo ya que mandaba traer comida para mí también: ordenaba un Club
sandwich con muchas papás, ordenaba hot dogs, ordenaba hamburguesas dobles y así estuvimos como 3 meses. Mi sueldo no era mucho entonces el hecho de que comprará la comida me beneficiaba.

A la hora de la salida me iba a dejar y siempre el mismo ofrecimiento antes de llegar: “¿Quieres comer algo, unos hot cakes? ¿Vamos por unos churros al Moro? ¿Qué te parece si vamos al cine y compramos un combo con nachos y unas papas?” Cosas así. En esa época yo también estaba en la escuela y se acercaba la época de graduación y yo quería un vestido bonito, antes no había tantas opciones como ahora. Como estaba preocupada por el asunto del vestido y de que no iba a encontrar algo que me quedara le dije a 'Mr. G' que por un tiempo mejor no iba a comer esas cosas, y que ella iba a llevar pollo y ensalada de mi casa; también le dije que quería hacer ejercicio y que ya no nos podíamos tardar tanto en esa citas erótico-gastronomicas y se puso furioso, de verdad mal, me dijo que nunca creyó que yo fuera de esas 'superfluas' que sólo pensaban en una figura delgada, que él pensaba que yo era una mujer de verdad y que las mujeres de verdad tenían carne, a mí me impresionó mucho y yo no yo no sabía bien lo que era un fetichismo, si un fetichista pierde algo o alguien que satisfaga su deseo se puede poner muy pesado.

Dejó de comprarme comida, dejó de invitarme a salir y dejó de tratarme bien. Empezó a ponerse pesadísimo en el trabajo, a tal grado que mejor renuncié. En esos 3 meses fácil subí unos 10 kilos y de la depresión otros 10. Me parecía totalmente ilógico e increíble que a una persona que supuestamente decía que que yo le gustaba le molestara que tratará de hacer cambios por mi bien, de verdad hay hombres que si son amantes de las curvas y hay hombres que harían lo que fuera, literal, con tal de estar con una de nosotras íntimamente.

Ustedes deben tener mucho cuidado porque estos fetiches las pueden llevan a relaciones donde no se sientan bien por el motivo que sea, si esto pasa mejor aléjense. Leí un artículo que se llamaba 'Los follagordas', en México no hay un nombre para eso, pero de que los hay, los hay. Otra cosa que me hizo sonar la alarma fue que pensé: “él es libre y yo soy libre, ¿por qué nunca me propuso ser su novia o amante de planta?” Y ese placer que le daba verme comer siempre me dejó pensando.

Después con pleno conocimiento de su fetiche pude alejarme definitivamente de él, las mujeres no somos un fetiche, las mujeres talla Plus, XL, curvy  o bbw no somos un fetiche, somos PERSONAS y es muy erótico que un hombre disfrute cada una de tus curvas, pero el hecho que le moleste que tú mejores siempre debe ser una señal de alarma, así como el hecho de que no te asuman en público también.

Hermosas, deseo de corazón que encuentren un amante que las disfrute como son pero que también siempre las anime a ser la mejor versión de ustedes mismas, cuídense mucho.

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