Así de fácil es fingir un romance en Instagram

Así de fácil es fingir un romance en Instagram

Viernes 14 de Abril de 2017 por Mairem del Río / Foto: istock

Hay quienes logran inventarse toda una vida...

Las redes sociales suelen ser una fuente de presión innecesaria para la mayoría, al grado de que pueden ser una causa de depresión, ansiedad y afectar nuestra autoestima. Invertimos mucho tiempo en compartir el contenido que nos haga ver más interesantes y divertidos, y hay quienes incluso logran inventarse toda una vida a través de ellas.

Tal es el caso de Hannah Smothers, una chica de Texas que logró inventarse toda una historia de amor a través de su cuenta de Instagram, a manera de experimento social para demostrar hasta qué punto las redes sociales pueden crear realidades alternas.

Todo comenzó con una foto donde se veía una cena para dos con la frase: “De refugio con un nuevo amigo”. 

 

Luego, flores en la oficina…

 

 

Y, como aún no convencía a sus seguidores, el siguiente paso fue salir con un amigo y compartir una foto de la mesa con la leyenda: “Después de trabajar, unos tragos con un chico”.

 

 

La prueba definitiva del romance llegó cuando Hannah compartió una imagen donde se ve su mano al lado de la de un hombre en el subterráneo, acompañada por el texto: “Amor en el tren L”. Hasta los más escépticos creyeron que la chica estaba definitivamente en una relación, pero en realidad la mano era de un completo extraño que estaba junto a ella en el metro.

 

 

En la recta final del experimento, Hannah publicó la foto de un hombre en una cafetería y el mensaje: “El mejor café con el mejor chico”. Para este punto sus amigas habían caído en la trampa y se preguntaban quién sería el misterioso galán.

 

 

Para cerrar con broche de oro, la chica compartió la foto de una supuesta cena romántica…

 

 

Y después el siguiente mensaje:

“Ahora que mi secreto ha sido revelado, es tiempo de que yo y mi novio de Instagram terminemos. Ha sido sumamente amoroso, disfruté muchos los ‘me gusta’ que recibimos en esas publicaciones falsas, pero tenemos que avanzar. Es tiempo de seguir. Extrañaba postear mis selfies tradicionales, frente a un espejo. Los novios de Instagram van y vienen, pero las selfies son para siempre”.

 

 

Así fue como Hannah se inventó de la nada un apasionado romance y, de paso, le dio una lección al mundo: no todo lo que ves en las redes sociales es verdad, y no: una imagen no dice más que mil palabras.