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Por qué es más difícil adelgazar si tienes personalidad ‘Tipo A’ y cómo superarlo

Por qué es más difícil adelgazar si tienes personalidad ‘Tipo A’ y cómo superarlo

Descubre si tienes esta personalidad y mira cómo puedes solucionar tus problemas fitness.

28/12/2017 | Autor: Mairem del Río
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A veces no importa qué tantas ganas de adelgazar tenemos o qué tanto empeño ponemos en lograrlo, parece que algo en nuestra cabeza nos sabotea. Uno de los culpables de ese saboteo podría ser nuestra propia personalidad, ya que si es del ‘Tipo A’ es muy probable que nos sea más difícil bajar de peso. Aquí te explicamos por qué y cómo puedes superarlo.

 

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Las personas ‘Tipo A’ son conocidas por ser puntuales, organizadas, competitivas, jugársela al todo o nada y seguir estrictamente las reglas.

Aunque esas cualidades pueden ser lo mejor para algunas áreas de la vida, también pueden hacer que se frustren cuando las dietas convencionales y los programas de entrenamiento no funcionan en el tiempo y forma que ellas tienen planeado.

 

 

 

 

La gran mayoría de los programas de pérdida de peso tienen una estructura estándar para atraer a las masas, pero no toman en cuenta las necesidades o posibilidades de cada individuo, y mucho menos su personalidad. 

Cuando las personas ‘Tipo A’ se comprometen con uno de esos planes genéricos y lo siguen al pie de la letra, terminan por frustrarse al ver que no les funciona igual que a otras personas, así que sólo lo abandonan y pasan a otra cosa. 

 

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Checa los principales obstáculos que enfrentamos las chicas ‘Tipo A’ y qué podemos hacer para superarlos: 

1. La idea de “todo o nada” 

Es fácil: estás dentro o fuera, no hay medias tintas. Vas al gym aunque estés enferma o cansada porque lo TIENES qué hacer, respetas la dieta sin importar en dónde y con quién estés, o si es una fecha especial como tu cumpleaños o Navidad. Este enfoque provoca que te sientas súper restringida y en cuanto “rompes las reglas” prefieres tirar todo por la borda y terminas excediéndote.

 

 

 

 

2. Entrenar intensamente y sin descanso

“¿Hacer 3 horas de ejercicio al día 6 días a la semana? ¡Claro!” Para cualquiera parecería algo demasiado intenso, intimidante y hasta absurdo, pero para alguien ‘Tipo A’ esto no es negociable y está bien si eso es lo que el coach le dice que debe hacer.

 

 

 

 

Si te quieres convertir en modelo fitness ese ritmo podría estar bien (ok no, a veces ni en esos casos está bien), pero si eres una simple mortal que trabaja, estudia, cuida una familia, tiene vida social y otros hobbies, terminarás más que agotada y adolorida en la primera semana… y botarás el entrenamiento.

 

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3. Ansiedad social alimenticia

Esta vez no estamos hablando de la ansiedad que algunos sienten por el simple hecho de estar con otras personas, sino específicamente de la que se siente al tener que estar en una reunión o evento donde habrá comida que no se apega a tu régimen alimenticio. Por eso, una persona ‘Tipo A’ acaba por evitar estas situaciones a toda costa.

 

 

 

 

Te da pánico tener enfrente tanta tentación, que no haya nada light en el menú, que te vean comer, que alguien juzgue tus hábitos, que te insistan para comer más, etc. Aunque son preocupaciones válidas, no tienes que volverte ermitaña para seguir con tu plan de alimentación saludable, pues las dietas siempre se pueden adaptar a tus necesidades personales.

 

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Cómo superar los problemas de tener personalidad ‘Tipo A’

Para los tres obstáculos la solución es exactamente la misma: tener cierta flexibilidad. En vez de pensar que un cambio mínimo va a dañarlo todo, ten la confianza para decidir qué es lo mejor para ti y para entender que los programas fitness y nutricionales son una guía, no una ley inquebrantable.

Comerte una rebanada de pastel o un poco de pizza no va a anular todo tu esfuerzo. Por ejemplo, si tienes un compromiso social puedes comer lo de tu dieta en casa y, una vez allá, optar por alimentos que estén en tu régimen. Eso disminuirá tu posibilidad de excederte con la comida. 

Y lo mismo aplica en un restaurante, elige comidas que están en tu dieta y no te estreses porque no están exactamente como te los mandó el nutriólogo, pero jamás te prives de comer si tienes hambre.

 

 

 

 

Cuando se trata del ejercicio recuerda que darle a tu cuerpo el descanso el cuidado que merece es vital. Hacer una rutina más corta o descansar un día no va a arruinar tu condición física ni te va a convertir en un ser sedentario para siempre. 

A veces estás exhausta o con demasiado dolor por el ejercicio previo, entonces necesitas un descanso o bajarle al ritmo unos días para recuperarte. Por ejemplo, en vez de 45 minutos de cardio haz solo 15, o cambia tu hora de pesas por una clase de yoga. No se trata de detenerte, sólo de ir más lento a un ritmo sostenible para ti.

 

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Sabemos que alguien ‘Tipo A’ se siente más segura en la estructura y rigidez de un plan muy estricto, pero por salud física y mental lo mejor es permitirte ser más flexible y hacer algunas modificaciones para no enloquecer y sabotearte tú misma.

 

 

 

 

Con información de Expansión.

 

 

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