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Una de las creencias populares más difundidas es que cuando alguien hace un coraje no debe comer aguacate porque hace daño al organismo, pero ¿qué hay de cierto en esta afirmación?

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Típico que pasas por un fuerte disgusto y lo primero que escuchas, a veces en serio y a veces en broma, es que no debes comer aguacate. Aunque no hay evidencia científica de que éste fruto presente algún peligro para alguien enfurecido, sí hay algo de cierto en esta afirmación, aunque las cosas no son como las hemos creído.

Cuando a una persona pasa por un gran enojo su intestino se contrae, es decir, se pone en estado de alerta. La vesícula confunde esto como parte del proceso digestivo y entonces segrega bilis en un el intestino casi o completamente vacío, lo que además provoca que la persona sienta un sabor amargo en la lengua y paladar, así como náuseas y vómito con un sabor muy intenso y desagradable.

Ante estos síntomas, se puede llegar a creer que el líquido derramado es dañino y no es así, ya que el cuerpo podrá reabsorberlo sin problemas una vez que te tranquilices. 

Sin embargo, lo cierto es que en ese momento puede haber menos sales biliares para digerir las grasas, como las que contiene el aguacate, causando una sensación de indigestión que se quitará en poco tiempo, una vez que el organismo regrese a la normalidad y pueda producirlas sin dificultad.

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En conclusión: puedes comer aguacate después de un enojo, quizá te sientas un poco indigesta, pero no representa ningún peligro para tu salud.