¿Quieres bajar de peso pero te cuesta mucho trabajo empezar una dieta y una rutina?
Lo que necesitas es motivación, ya que cuando te lo propones y te fijas una meta está garantizado que bajas de peso.
Técnica de cuestionamiento
El primer paso es encontrar las razones por las que quieres bajar de peso, anotarlas y tenerlas a la mano para que constantemente recuerdes lo que deseas y cuáles son tus objetivos. Comienza preguntándote por qué quieres hacerlo, contesta tu pregunta y añade el para qué. Por ejemplo: Quiero bajar de peso porque quiero verme mejor… ¿para qué? Para poderme poner el bikini que me gustó en la tienda.
Después de este ejercicio haz una lista de las razones por las que no has podido perder peso y escribe una solución. Por ejemplo:
“No he podido porque no tengo tiempo de ir al gimnasio.”
Solución: Comprar una caminadora y hacer ejercicio en casa.
Hacer este tipo de ejercicios en los que tú misma generas las respuestas de lo que deseas, de las excusas y problemáticas que has encontrado y de las alternativas que descubres te servirá como una reflexión personal con la que te haces consciente de tus verdaderas metas. Las explicaciones y las soluciones siempre están en ti misma aunque en ocasiones sea difícil verlas con claridad, es por ello que una vez que tenemos claro lo que queremos y el camino que tomaremos, llegar a la meta es mucho más fácil pues la motivación nace de ti misma.
Técnica de metas
Otra forma de aumentar la motivación es establecer un plazo de tiempo y fijar cuánto peso quieres perder en ese intervalo. Al fijar objetivos numéricos realistas y combinarlos con premios la respuesta es mucho más inspiradora. Decir vagamente “quiero perder peso” realmente no te brinda una claridad suficientemente fuerte para comenzar una rutina más saludable. En cambio poner en tu mente una “tarea” provoca que te den ganas de cumplirla, especialmente si hay una recompensa después de llegar a la meta.
Por ejemplo, si tu meta es perder 2 kilos en 2 meses debes comenzar acortando tiempos para ver los resultados más rápidos y sentirlo más real. Entonces hay que establecer que debes de perder 1 kilo al mes. Lo que sigue es decidir cuál será la recompensa si llegas a la meta, que podría ser comprar el vestido que te hizo ojitos el fin de semana. Si cumples tu tarea lo compras, si no, no lo haces.
Empieza poco a poco y después ve aumentando valor a tus recompensas, pues muchas veces el problema no es empezar, sino mantener la rutina. Así que conforme vayan creciendo los “premios” que te des a ti misma más motivada estarás de no romper lo que has logrado y de cumplir con lo que te prometes a ti misma.
Técnica de visualización
Imagínate a ti misma bajando de peso, imagina cómo se te vería ese vestido que te encantó en el aparador, imagina que vuelves a usar los jeans que dejaste en el clóset porque no te quedaban, imagínate con un traje de baño nuevo.
El poder de la imaginación te animará a conseguir esa imagen deseada pues coloca en tu mente algo más concreto a que aspirar y mantiene presente cuáles son tus objetivos con imágenes y no sólo con palabras.
Antes de dormir haz un ejercicio de visualización para que por la mañana te den más ganas de despertarte temprano y desayunar, pues esta comida es sumamente importante para movilizar tu metabolismo desde temprano.
Antes de cenar haz otro ejercicio de visualización para que no comas de más en la cena. De esta forma no sólo estarás menos pesada antes de dormir, sino que en la mañana tendrás más ánimo para levantarte a comer.
Acomoda tus momentos de motivación de acuerdo a tu estilo de vida y a tus necesidades para que en vez de pensar en una excusa te acerques con un ángulo más positivo.