Diariamente sometemos nuestro cuerpo a toda clase de sustancias dañinas que sólo contribuyen a enfermarlo, debilitarlo, envejecerlo prematuramente, hincharlo; provocamos que retenga líquidos y almacene lo que no necesita. Muchos son los factores: estrés, contaminación ambiental, sedentarismo o malos hábitos; pero los principales culpables de que acumulemos toxinas son los alimentos y bebidas que consumimos.
Para empezar, debes saber que las toxinas son sustancias químicas (algunas las comparan con veneno) que tienen efectos nocivos sobre tu cuerpo. Inclusive, pueden provenir de los componentes que se emplean para cultivar o preparar la comida y las bebidas.
Nuestro organismo tendrá la capacidad de procesar perfectamente esas toxinas (para eso sirven el hígado y los riñones) y eliminarlas a través del sudor, la orina y las heces, siempre y cuando lo cuidamos con una alimentación saludable. Sin embargo, si no cuidamos lo que ingerimos, sustancias poco saludables se acumularán en nuestro interior causando todo tipo de estragos.