Ya dijimos qué se siente, cómo se porta el cuerpo, qué creen ellos, pero todas sabemos que un orgasmo es mucho más que contracciones. Así que me di a la tarea de preguntar. Y curiosamente, sólo una mujer me contestó.
Una experiencia inolvidable.
Por: MaríaIsabel Mota / @MariaIsabelMota
Matyka, 36
"Cuando logro tocar ese pedacito de cielo, daría lo que fuera por eternizarme ahí y, de paso, a él. No hay más".
Cuando le pregunté a mis amigos hombres, aunque tardaron, terminaron por contestarme. A veces en un DM, a veces en un inbox, otros no tuvieron reparos y públicamente contestaron. Pero de las mujeres obtuve silencio total. Luego no se quejen que los hombres no saben qué estamos esperando de ellos en la cama.
¿QUÉ CREEN LOS HOMBRES QUE ES UN ORGASMO FEMENINO?
Como no tuve más respuestas, aquí les va mi relato de mis tres orgasmos de película.
- Teníamos 3 semanas saliendo. Fue el primer hombre que me pidió ser su novia, con esas palabritas, y ambos teníamos más de 20. Estábamos acostados, medio dormidos. Me abrazó y me empezó a besar la oreja. No era nada ultra pasional, nadie se quitó la ropa. No había manos en zonas genitales. Nada. Sus manos abrazaban las mías y sus pies desnudos acariciaban los míos mientras sus labios recorrían mi oreja, la delicada piel que la une al cráneo y ese borde donde deja de ser parte del sistema auditivo y se convierte en cuello.
- Sentí claramente cómo las piernas no podían estirarse, era como si me hubieran encogido desde el centro del estómago la capacidad de alargarlas. El corazón se me salía y se sentía claramente cada palpitación en mi pecho. Su respiración refrescando mi piel y el ruido del aire yendo y viniendo. Todo era embriagante.
- Podría decir que duró horas… de lo que estoy segura es que no sé cuánto tiempo pasó. Por eso sé que fue un orgasmo, porque me perdí. No me importaba nada más que seguir sintiendo sus besos.
El del hombre que jamás pensé que estaría en mi cama
- Le llevaba 3 años. Mi familia sentía vergüenza de que yo saliera con un muchacho pobre, sin carrera. Que para colmo fuera 'feo' y que en la clasificación de todo mundo, fuera un 'naco'. Ese muchacho era albañil, chofer, cualquier empleo que llevara dinero a su casa y a la niña que había engendrado años antes. Nunca había leído literatura, escuchaba la KBuena todo el día, y en su vida había comido sushi. Y de todos los hombres con los que he estado, ha sido el más caballeroso, el más preocupado por hacerme sentir bien.
- Me despertaba acariciándome la espalda con un solo dedo. Y ya que abría los ojos, metía sus piernas entre las mías y me contaba cuentos. Me arrullaba para despertarme mientras me besaba y acariciaba el cabello. No era fácil darse cuenta cuándo comenzábamos a tener sexo y cuándo estábamos sólo apapachándonos. Pero una vez que estábamos haciéndolo, era imposible no notarlo. Siempre me veía a los ojos, cuando los tenía cerrados se notaba que disfrutaba sentirse dentro de mí.
- Con él sentí la claridad de una venida. Me espanté tanto que se dio cuenta. Me abrazó y me dijo al oído: "Es normal, es de hecho perfecto". Y me besó en la mejilla sin detener a su cuerpo que se portaba como un toro.
- No exagero. Ese día sí vi luces de colores explotar en mi habitación.
MEJORA LA POSICIÓN DEL PERRITO
El que me enseñó que morder y ser mordida vale la pena
- Aquí el foreplay cuenta. Teníamos un año cocinándonos las ganas. Yo estaba casada y nunca he sido infiel, así que jamás iba a pasar algo mientras yo tuviera pareja. Nos gustábamos y se notaba. Pero enfocamos las ganas en ser amigos, amigos en serio.
- Eventualmente mi matrimonio terminó, pasaron los meses. Él ya no estaba disponible, siempre mal tiempo. Un día todo coincidió. Estábamos viendo películas en mi casa, el cliché más espantoso para empezar cualquier noche de sexo. "Siempre has presumido tu trasero y es hora de comprobar si dices la verdad". Amasó mis nalgas de una manera que no lo hacía nadie desde la secundaria. Y entre el miedo de estar con otro hombre después de pasar diez años con el mismo y la angustia de sentirme deseada otra vez no supe en qué momento me encajó los dientes.
- No me dejó dormir. Yo estaba agotada, empapada y con una sonrisa de imbécil. Y él no paraba, no me dejaba dormir más de 10 minutos. Fue la noche más larga y estúpidamente breve de mi vida. Al día siguiente me dolía todo, como dicen en las películas que pasa en tu primera vez. Pero este hombre no era, ni de chiste, mi primero. Dos días después las marcas de dientes empezaron a notarse. Tenía la espalda, cuello, brazos y muslos llenos de marcas. Es una lástima que ninguna se haya convertido en cicatriz. Sería un gran recuerdo de esa noche.
¿Cuál ha sido tu mejor orgasmo?
