"Te ves bien", "¡Adelgazaste!", "Ese vestido te queda de lujo", "Tienes unos ojos preciosos"... ¿Cuántas veces te han dado un halago así y tú lo has rechazado?
¿Por qué es tan difícil pensar bien de ti misma?
Tal vez la respuesta se encuentre en la forma en que te educaron, después de todo, los padres están ahí para limitarte y ayudarte a moderar tus acciones; jamás los oíras decir: "sé siempre el centro de atención" o "roba todas las miradas", lo que quieren es ayudarte a sentirte bien contigo misma pero en ocasiones los resultados son diferentes.
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Si quieren elogiarte, lo mínimo que puedes hacer es aceptar el halago.
- Primero piensa en la razón del halago; antes de rechazarlo, reflexiona exactamente la parte de tu cuerpo y vida que están admirando los demás. Es cierto que has estado haciendo ejercicio así que ¿no ses obvio que los demás están notando tu esfuerzo y progreso? ¡Acéptalo!, después de todo tú también estás notando un cambio en ti misma.
- ¿Cuál es el objetivo de rechazar los halagos? Si crees que te están diciendo cosas bonitas para confundirte o por ser simplemente envidiosas, ¡estás equivocada! Tal vez en ciertos casos sí te estén envidiando pero, ¿por qué no aprovechar sus palabras? No indagues en los pensamientos de los demás y deja que esos halagos te hagan sentir bien, después de todo ¡para eso son!
- Si te están chuleando tu cuerpo pero es la parte de ti que más detestas... ¡aprende a valorarlo! Tal vez estés llenita o tengas mucho busto pero, ¿crees que te lo estarían halagando porque no es agradable a la vista?
- Cuando una persona está bien consigo misma ¡se nota! Un buen autoestima atrae miradas y transmite confianza. Si no recibes muchos halagos, no es porque no te veas bien, sino porque estás transmitiendo esa inseguridad que no le permite a los demás decirte lo que realmente piensan. El problema no recae en ellos que intentan hacerte mejor, sino en tu persona porque deberías estar bien contigo misma desde un principio.
- Los halagos no son envidias disfrazadas (o mínimo no en muchas ocasiones) y, aunque lo fueran, ¿qué tienen de malo? Piensa en la parte de tu cuerpo o vida que están admirando y reflexiona, ¿cuáles son las ventajas y desventajas de aceptar el halago? No es modestia ni egocentrismo, simplemente sinceridad y satisfacción con uno mismo.
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No seas de las chicas que, al momento de recibir un halago de alguien, rápidamente lo rechazan y le pasan el número de un oftalmólogo para checar su vista. Recuerda, el problema no está en lo que los demás ven, sino la forma en que te aprecias y valoras.
¿Sabes aceptar halagos?
ABS
