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¿7 Razones para no viajar en Semana Santa?

Todos necesitamos vacaciones, de eso no hay duda.

Autor: 
Mairem del Río
Istock
07 Abr 2017
Categorías: 
Viajes

Todos necesitamos vacaciones, de eso no hay duda. Sin embargo, hay épocas más favorables que otras para hacerlo y Semana Santa a veces no es la mejor. Muchos salen huyendo de la ciudad en cuanto escuchan las palabras mágicas “días festivos” o “puente”, pero hay por lo menos 7 razones para no salir de viaje en Semana Santa.

1. La gente

Para ponerlo en perspectiva: millones de personas alrededor del mundo tienen los mismos 4 días libres que tú y la mayoría de ellos van a querer viajar a los mismos sitios que tú. El resultado es terrible, cualquier rincón con un mínimo de interés turístico está a reventar. Cualquier cuerpo acuático (mar, lago, laguna o alberca), se convierte en un caldo de humanos, rodeado por playas o espacios donde no hay un centímetro para acomodar tus cosas. Tampoco puedes caminar por las románticas callejuelas de las ciudades coloniales o pueblos mágicos, porque están abarrotadas.

 

 

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2. Los precios

Si dominas la ley de la oferta y la demanda, seguro ya sabes que todo es más caro por ser “temporada alta”. A menos que seas un estudiante, maestro, niño o persona de la tercera edad viajando en autobús, el resto de trasportes se encarece y las promociones de vuelos y trenes no son válidas en estas fechas. El precio de una habitación puede subir hasta un 50%, al igual que los precios en restaurantes, atracciones turísticas y hasta en los souvenirs.

3. El caos en los transportes

No importa el medio que elijas para viajar, va a ser un caos. Carreteras atascadas, aeropuertos a reventar, vuelos sobrevendidos, retrasados o cancelados, pelear por un asiento en el autobús, maletas extraviadas, taxis que te quieren cobrar la mitad de tu sueldo mensual por llevarte al hotel, etc. Todo es confuso, caro y frustrante.

 

 

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5. La hospitalidad falla

Aunque los mexicanos (y latinos, en general), nos distinguimos por ser de las personas más hospitalarias y amables del mundo con los turistas, en temporada alta esta cualidad nos puede fallar. Es muy comprensible que si te toca atender a las hordas desesperadas por divertirse, estés tan abrumado y agotado que no tengas tiempo para cortesías. Por eso de pronto los restauranteros, hoteleros o prestadores de servicios no nos dan su mejor cara, nos atienden mal y de malas, y hasta pueden arruinar nuestras ansiadas vacaciones.

4. El clima

La Semana Santa cae entre marzo y abril, una de las épocas más volubles del año en cuanto a clima se refiere. Llegas a tu destino esperando días soleados y resulta que está nublado y con lluvia. O al revés, te lanzas a un destino de clima templado y justo esos días el clima oscila entre un calor insoportable y tormentas apocalípticas.

 

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6. Puedes disfrutar tu ciudad

¡La ciudad está vacía! Medio mundo salió y tienes todo para ti solita. Puedes aprovechar para caminar tranquila por las calles, llegar a cualquier parte en cuestión de minutos porque no hay tráfico o saber qué se siente no hacer fila en el banco.

7. Hay otras temporadas

Si no tienes hijos ni eres maestra, tus días de descanso no están sujetos al calendario escolar, así que puedes salir de viaje en cualquier momento del año. Mejor ofrécete como voluntaria para trabajar esos días, quizá te ganes una compensación económica extra o puedes pedir que te los repongan con días libres en otro momento (en temporada baja, por ejemplo).

 

 

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Si de cualquier forma la tentación es muy grande e insistes en viajar también hay soluciones para todo, pero lo mejor en estos días es quedarse en casa, disfrutar de la soledad de las calles y aventarte ese ansiado maratón de Netflix sin culpa.

Ni siquiera te sientas mal al ver las fotos de tus amigos en la playa y paseando felices de la vida, piensa que cuando ellos regresen a la rutina tú podrás estar de viaje, disfrutando plenamente tus vacaciones, lejos de la muchedumbre y con precios razonables.

 

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