¿Eres alérgica a los gatos? Podría ser un mecanismo de defensa
Una investigación podría responder por qué los mininos te causan estornudos e irritación
Los gatitos son tiernos, esponjosos y encantadores, por eso es súper frustrante cuando no puedes ni acercárteles. La alergia a los gatos es de las más comunes, pues afecta a cerca del 30% de la población mundial. Una reciente investigación sugiere que padecerla no es culpa del humano, sino que se trataría de un mecanismo de defensa del minino.
Quienes son alérgicos a los gatos tienen una fuerte reacción cuando se acercan a ellos: estornudos, ojos irritados y llorosos, congestión y/o picazón en la nariz, y hasta comezón en varias toda la piel, dependiendo de la sensibilidad de cada persona.
Muchos piensan que la reacción alérgica se debe al pelo del gato, pero no es así. La culpable de estos síntomas es una proteína que segregan los mininos conocida como “caspa de gato”, pues está en las escamas de piel muerta que hay en su pelaje. Se trata de una reacción normal y natural que se produce en todos los cuerpos, solo que en el caso de los gatos, ésta produce alergia en otras especies, como los humanos.
El problema se puede reducir un poco cepillándole el pelo a menudo, pero no lo elimina por completo. La proteína que causa la alergia también está presente en la saliva y la orina del felino, así que en realidad ¡eres alérgica a TODO el gato!
Tristemente, la Asociación de Asma y Alergias de Estados Unidos afirma que los gatos hipoalergénicos no existen.
Por definición, una alergia es el cuadro de síntomas que aparece cuando el sistema inmunitario de una persona reacciona de manera errónea a una sustancia que debería ser inocua (inofensiva).
Hasta ahora se ha creído que la alergia a los gatos era un problema del ser humano, pero una nueva investigación plantea que quizá esa sustancia que segregan los felinos no es tan inofensiva, sino una toxina que forma parte del sistema defensivo del animal.
Un reciente estudio del biólogo Brian Fry, de la Universidad de Queensland, en Australia, no analizó precisamente a los gatos, sino a los Loris Perezosos de Indonesia. Se trata de unos pequeños primates de la familia de los lémures con una característica rarísima entre los mamíferos: son venenosos.
Cuando se sienten amenazados, los Loris levantan los brazos y se lamen las axilas, donde segregan una sustancia tóxica que convierte su saliva en venenosa. La sustancia no es especialmente potente, pero evita que las heridas se cierren y puedan infectarse. En humanos, el mordisco del Lori provoca síntomas alérgicos graves que pueden escalar hasta un choque anafiláctico.
Tras aislar los compuestos del veneno de los Loris, los investigadores encontraron el agente causante de la alergia en seres humanos, y sorpresa: es virtualmente la misma sustancia que segregan los gatos.
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Como sabemos, los gatos pasan buena parte del día lamiéndose y cubriéndose en su propia saliva. Por eso, de confirmarse la teoría, podría explicar por qué la alergia a los gatitos está tan extendida. Al final, quizá no es una alergia, sino una reacción normal ante un mecanismo de defensa felino que había pasado desapercibido hasta ahora.