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El hígado es un órgano vital y el más grande del cuerpo. Entre sus importantes funciones está la de filtrar, limpiar y eliminar todas las tóxinas procedentes de lo que comemos, respiramos o nos untamos en la piel y fabricar enzimas y proteínas indispensables para el proceso de coagulación de la sangre.

Ahora bien, el problema, quizá, más grande que existe con el hígado es que es silencioso, no duele y no nos damos cuenta de si se enferma. Por eso es que es importante prestarle más atención a su estado de salud. 

Conocer algunos mitos y realidades de la salud del hígado es un buen comienzo para evitar que este importante órgano sufra graves enfermedades, como el cáncer. A continuación, te compartimos una lista basada en la información de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática y de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer. 

 

Mitos

1. La cirrosis solo da por alcoholismo. El Hepatocarcinoma sólo da por Cirrosis

¡Falso! Ya que un hígado graso también puede causar cirrosis. Además, actualmente se puede pasar directo de la etapa de Hígado graso a Hepatocarcinoma que también puede ser el resultado de Virus como la Hepatitis.

2. Las hierbas naturales cuidan mejor el hígado que los fármacos, además, previenen o curan el cáncer.

¡Falso! los productos naturales tienen sustancias químicas, al igual que las sintéticas, las procesa el hígado y el uso excesivo pueden dañarlo. Hay remedios herbales tóxicos que pueden causar daño severo.

 

Realidades

3. La diabetes y la obesidad son factor de riesgo para desarrollar hígado graso.

¡Cierto! el hígado acumula grasa innecesaria provocada por la ingesta de productos refritos o de alta energía calórica, el azúcar que hay en el alcohol y resistencia a la insulina.

4. Tener cirrosis, hepatitis B o C puede causar Hepatocarcinoma.

¡Cierto! Las personas que sufren de enfermedades crónicas del hígado pueden desarrollar Hepatocarcinoma.

5. El mal aliento, color amarillo en la piel y en los ojos son por infección en el hígado.

¡Cierto! El hígado es responsable de producir la bilirrubina y cuando ésta se eleva, se atribuye a problemas con el hígado o infecciones biliares. El mal aliento es un síntoma de toxinas elevadas y mal almacenadas.

 

Cuidar la salud de tu hígado no es una tarea muy complicada, comienza por:

- Sigue una dieta equilibrada y evita el sobrepreso ya que puede afectar el funcionamiento de tu hígado. 

- Escucha a tu cuerpo. No comas si no tienes hambre. Opta por un zumo, fruta, ensalada o agua. 

- Bebe de 8 a 12 vasos de agua al día para que tus células no se encojan por deshidratación y sus membranas no se sequen. 

- Mastica la comida lentamente ya que la digestión empieza al mezclarse la saliva con los alimentos en tu boca.  

- Evita hábitos diarios nocivos como consumo excesivo de alcohol, drogas, grasas y medicamentos sin control médico, porque dañan al hígado. 

 

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