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Pros y contras de ser mamá a los veintitantos

Te será de mucha ayuda 

Autor: 
Mairem Del Río
iStock
10 Mar 2017
Categorías: 
Quiérete
Tu vida

Aunque muchas mujeres prefieren postergar la maternidad hasta alcanzar mayor estabilidad profesional y económica, no hay nada de malo en que una chica quiera formar una familia antes de los 30 años.

 

El embarazo a cualquier edad presenta ventajas y desventajas, y para que tengas un panorama más completo antes de tomar una decisión, aquí van algunos pros y contras de ser mamá a los veintitantos.

 

Ventajas

 

1. Es la edad biológicamente perfecta

Los expertos dicen que el pico de fertilidad de la mujer se presenta a principios de su década de los 20. Desde una perspectiva estrictamente biológica, los mejores diez años de la vida para concebir y llevar adelante un embarazo son entre los 20 y los 30.

2. Más óvulos sanos

Al igual que todas las mujeres, naciste con todos los óvulos que tendrás a lo largo de tu vida: entre 1 y 2 millones, pero sólo unos 300 son liberados durante los años reproductivos. Conforme pasa el tiempo, tus ovarios envejecen y la calidad de tus óvulos se deteriora. Por eso los óvulos de las chicas más jóvenes tienen menos probabilidades de presentar anomalías genéticas que deriven en síndrome de Down y otros defectos congénitos. Además, es más fácil concebir.

3. Menos complicaciones de salud

El embarazo mismo es por lo general más fácil físicamente para las mujeres de entre 20 y 30, ya que presentan un riesgo menor de complicaciones de salud, como hipertensión arterial, diabetes y fibromas. También son menos propensas a tener abortos espontáneos y bebés prematuros que las mujeres mayores de 30 años. Las probabilidades de perder un bebé aumentan junto con la edad: del 10% para las chicas de entre 20 y 30, del 12% para mujeres entre 30 y 35, y del 18% para las mujeres de entre 35 y 39 años. A los 40 años el riesgo aumenta a 34% y a los 45 años es de 53%.

4. Tu cuerpo vuelve a estar en forma más rápido

La recuperación después de tener el bebé es mucho más rápida que si tienes el bebé más tarde. Aunque las estrías y flacidez siempre son una posibilidad, tendrás menos broncas para perder el peso del embarazo. Tu cuerpo es mucho más joven y por lo tanto tienes los músculos y los huesos más fuertes, lo que te ayudará a recuperar tu silueta de forma mucho más rápida, natural y sin tanto estrés.

5. Tienes más energía para cuidar a tu bebé

No importa lo sana que estés a los 30 o 40 años, no tendrás el mismo nivel de energía que a los 20. Esta es una gran realidad que debes tomar en cuenta, pues un bebé requiere atención constante 24 horas los siete días de la semana, noches sin dormir y días muy cansados. Además, entre más joven eres será más fácil integrar al bebé a tu vida, pues cuando eres mayor es más difícil alterar tu rutina y estilo de vida para atender las necesidades del peque (que son muchas).

Desventajas

 

1. Pausa tu crecimiento profesional

En los veintes aún estás definiendo tus objetivos profesionales, buscando oportunidades y tratando de establecerte laboralmente. Si te tomas un tiempo fuera para tener un bebé, puede ser difícil retomar el ritmo después, aunque no imposible.

2. Menos ingresos

En el libro The Price of Motherhood (El precio de la maternidad), Ann Crittenden acuñó el término "impuesto a la mamá" para describir la carga económica que supone la maternidad sobre el potencial de ingresos de una mujer. Incluso si una chica vuelve a trabajar inmediatamente después de tener niños, estadísticamente ganará mucho menos que otra mujer de la misma edad sin hijos. Esto puede ser un poderoso incentivo para que algunas chicas posterguen el embarazo: "Las mujeres que son mamás a una edad más avanzada tienen ingresos más altos durante su vida y muchas más oportunidades que las mamás más jóvenes", asegura Crittenden.

3. Crisis de pareja

Tener un hijo puede ser difícil para un matrimonio joven, ya que no tienen la experiencia suficiente para darse cuenta de que la primera etapa con un nuevo bebé es sólo temporal. La mamá joven tiende a sentirse deprimida y abrumada, mientras que el papá se siente abandonado por su esposa. Lo ideal es que la pareja se apoye mutuamente y se fortalezca durante esta transición, pero muchas sólo se distancian y hasta se separan.

 

4. Niños con problemas de conducta

Los investigadores han encontrado que los niños de madres jóvenes tienden a tener más problemas de conducta que los peques de mamás mayores.

 

5. Menos fiesta y más siesta

Tener un bebé en tus veintes implica salir mucho menos de fiesta, menos escapadas espontáneas y menos tiempo y energía para reuniones o para ir al cine. Ves a tus amigos divertirse cada fin de semana, mientras te quedas en casa a cuidar al peque. Cuando te conviertes en mamá después de los 30 sientes que ya viviste lo suficiente, estás más preparada para sacrificar ese tipo de diversión y dar paso a la siguiente etapa de tu vida.

Ser mamá es maravilloso a cualquier edad, siempre y cuando te sientas lista y sea lo que realmente deseas.

 

 

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