skin
skin

VEINTITANTOSLogoVEINTITANTOS

Revista Veintitantos

box
Shutterstock
Festival de amor

Festival de amor

Tan excitados estábamos que paramos de besarnos para concentrarnos en nuestros genitales.

27/12/2018 | Autor: Silvia Figueroa
Comparte en:

Hacía años que no iba a un festival de música en la playa, sin embargo mis amigos me convencieron de ir nuevamente. Francamente era eso o quedarme en casa sola una fin de semana viendo películas, así que: música, amigos y playa era mi mejor oportunidad para salir con la rutina.

Nos alistamos y salimos en coche, todo el camino en la carretera fue muy divertido, mis amigos y yo cantábamos todas las canciones que poníamos aleatoriamente de nuestros reproductores de música.

Llegamos a nuestro hotel por la noche y bajamos a tomar unas cervezas al bar, nos dimos cuenta que el lugar estaba plagado de otros asistentes al festival, así que el ánimo del lugar era de diversión. Toda la noche estuvimos platicando con personas que también asistirían al día siguiente. Ahí conocimos al chico D, así le nombramos mis amigos y yo porque nunca pude recordar su nombre.

Este chico parecía bastante simpático, pero nunca nos tiró la onda a mis amigas y a mí, tal vez porque íbamos acompañadas de otros amigos hombres. La fiesta se extendió hasta la madrugada, hora en que decidimos irnos a dormir para estar descansadas. Alrededor de la una de la tarde salimos al festival, no quedaba lejos del hotel así que decidimos caminar. Pasamos horas bailando y cantando, pero francamente estaba cansada, así que decidí regresar al hotel a descansar. Durante el camino de salida encontré al chico D con sus amigos, me saludó y preguntó a dónde iba, me preguntó que si quería un último trago. Algo en mí sabía que eso no acabaría después de un trago, ¡y me encantó la idea! Caminamos hasta el lugar más cercano donde comprar uno; brindamos por nuestra “nueva amistad” y de inmediato me besó.

Cual adolescentes comenzamos a besarnos apasionadamente delante de todo el mundo que, obviamente, ni nos hacían caso. Pero la sola idea de pensar que tanta gente nos veía me excitó.
Su mano rodeó mi cintura, y las mías rodearon su cuello. “Busquemos otro lugar”, le dije mientras su rodilla se colocaba entre mis piernas. Prácticamente corríamos por el lugar buscando algo íntimo para pasar el rato. Dimos con un paraje donde varios grupos descansaban sentados en la arena.

Buscamos la parte más alejada y detrás de un árbol continuamos con el beso apasionado que pusimos en pausa.... apenas unos minutos antes. A los pocos segundos sus manos comenzaron a jugar con mis muslos y fueron subiendo poco a poco hasta llegar a mis senos y las mías hicieron lo propio en su entrepierna. Al tocar su miembro casi erecto, sentí como mis pantaletas se mojaban y solo podía pensar en lo bien que se sentiría tener sus dedos dentro de mí, así que retiré mi mano de su pantalón y la guié para que entrara por la comisura de mi short, ¡qué bueno que usé short!
Sus dedos se deslizaron dentro de mi vagina e inmediatamente su sexo se puso duro, así que metí mi mano debajo de su ropa, lo tomé y comencé a apretar y jalar. Tan excitados estábamos que paramos de besarnos para concentrarnos en nuestros genitales. Llegó un punto en que lo que más deseaba era tener su miembro dentro de mí, así que desabroché el botón, bajé el cierre y lo saqué de su pantalón. Lo tomé con firmeza entre mis manos, me giré y me desabroché. Bajé mis pantalones cortos, me incliné y dejé que me penetrara haciendo a un lado mi ropa interior, porque algo aún en mí se resistía a desnudarse casi por completo. El joven D me tomaba por las caderas embistiéndome, al poco rato pareció cansarse así que apoyó su cabeza en mi espalda y comenzó a acariciarme toda con sus manos; a pesar del calor él parecía estar bastante fresco, así que el contacto de sus manos frías con mi cuerpo caliente me excitaba aún más.

Paramos unos segundos, nuestras respiraciones estaban muy aceleradas. Me voltee, nos besamos nuevamente perdiendo el aliento. Me acercó a su cuerpo tomándome nuevamente por la cintura, poco a poco su mano bajó hasta uno de mis muslos y lo subió hasta que rodeó su cintura, de un pequeño salto mi otra pierna hizo lo mismo. Mi espalda estaba recargada en el árbol cuando comenzó a penetrarme nuevamente; yo apoyé mis brazos en sus hombros y de ahí aprovechaba para subir y bajar, controlando la frecuencia de las penetraciones. Al principio él se tomó del árbol, pero después optó por tomarme de las nalgas y ayudarme a marcar el ritmo, sentía que íbamos a perder el equilibrio y caer, pero no fue así. En cierto punto ambos nos cansamos y esperamos mientras mis caderas se movían hacia adelante y atrás, al principio pareció ser solo un movimiento temporal, pero poco a poco nos fuimos poniendo más calientes. El roce de nuestros cuerpos se hizo más intenso cada vez. Nos dedicamos por unos minutos a restregarnos mientras él seguía dentro de mí, y a diferencia del orgasmo que creí que iba a tener, mi cuerpo fue recorrido por el placer. No fue algo explosivo, más bien fue algo lento que duró mucho tiempo, ¡me encantó! pero me quede con la idea de algo más intenso. Después de terminar, nos vestimos y nos dirigimos al hotel, entramos en mi cuarto y continuamos con lo que nos quedamos en la regadera. Fue corto pero intenso, ambos quedamos extasiados y tuvimos que ir a la cama a descansar, pero al llegar nos besamos y comenzamos a toquetearnos nuevamente. Solo diré que amanecimos en la cama, sin dormir…

Quedamos de vernos, pero no vivíamos en el mismo estado, así que solo espero las siguientes vacaciones para tener otro encuentro con el chico D. 

box

Notas relacionadas

Hostal italiano
Pasión y Sexo
Un encuentro con mi ex
Pasión y Sexo
"Me gusta ver porno"
Pasión y Sexo
Felices los tres
Pasión y Sexo