VEINTITANTOS

Italiano, guapo, multimillonario, ese es Alexander Boettcher de 30 años quien bien podría ser el Christian Grey de la vida real, ya que mantenía una relación de sadomasoquismo con su ‘esclava sexual’, Martina Levato de 23 años.

La pareja fue hallada culpable de atacar al ex novio de ella, Martina lanzó ácido en la cara de su ex por ordenes de Alexander en un ‘actor de purificación’.

La joven conoció al empresario en una fiesta y de acuerdo a las declaraciones de sus amigas quedó enamorada de él, Boettcher está casado con Gorana Bulog, modelo croata, sin embargo le correspondió a la joven y comenzaron una relación sadomasoquista. Familiares y amigos aseguran que ella cambió mucho: lo primero que hizo fue escarificarse (marcar con ácido la cara) las iniciales de él y posteriormente de tatuó su nombre en el pecho izquierdo.

La relación sado no sólo era en la intimidad, también la maltrataba psicológicamente desde criticar su peso hasta verlo ligar, besar y tener relaciones sexuales con otras mujeres.

Martina cansada de la relación comenzó a ver a otros hombres, pero estaba tan inmersa en la relación de control que confesó todo a Boettcher, quien para ‘purificarla’ le pidió que lanzara ácido a Pietro Berbini, ex novio de la joven y con quien se vio en sus momentos de ‘infidelidad’. Pietro era el primero en la lista de ex novios de Martina a quienes ella debía rociar con ácido.

Berbini se ha sometido ya a 10 cirugías que intentan reconstruir su parpado derecho y nariz, pese a que los médicos temen que pierda la vista del ojo derecho.

Luego del juicio, en el que la pareja ha sido condenada a 14 años de prisión, el juez aseguró: "he juzgado a mafiosos de la Camorra y la 'Ndrangheta, a ladrones, asesinos a sueldo e incluso terroristas, y jamás he visto tanta falta de arrepentimiento e impasividad”, de acuerdo a un artículo publicado por el diario italiano La Repubblica.

Y pese a todo esto la historia no termina ahí, a 2 semanas de estar en prisión Martina Levato dio a luz a su hijo, fruto de la relación con Alexander Boettcher. Los servicios sociales italianos se harán cargo del bebé y aseguraron que tanto a el bebé como sus padres adoptivos futuros no se les dará a conocer el origen de éste para asegurar su bienestar.