La actualización legal de Uber que no le conviene a nadie
¿Y si mejor tomamos un Cabify, Laudrive o uno de la calle?
Si bien el 2017 no fue el mejor año para el transporte privado, tal parece que la empresa Uber decidió “protegerse” luego de tanta polémica, y es que muchos han dejado pasar la última actualización legal que al parecer no le conviene a nadie.
El pasado miércoles 13 de diciembre, Uber envío a sus suscriptores un correo con la actualización de sus términos y condiciones en México, entre ellas, un apartado títulado “Renuncias; limitación de responsabilidad; indemnidad”.
«Uber no hace declaración ni presta garantía alguna relativa a la fiabilidad, puntualidad, calidad, idoneidad o disponibilidad de los servicios o cualquiera de los servicios o bienes solicitados a través del uso de los servicios, o que los servicios no serán interrumpidos o estarán libres de errores. Uber no garantiza la calidad, idoneidad, seguridad o habilidad de los terceros proveedores. Usted acuerda que todo riesgo derivado de su uso de los servicios y cualquier servicio o bien solicitado en relación con aquellos será únicamente suyo, en la máxima medida permitida por la ley aplicable».
Basicamente, dice que la empresa y sus ‘asociados’ se deslindan de cualquier responsabilidad cada vez que abordes una unidad, así como de lo que pueda pasarte. O sea, súbete bajo tu propio riesgo.
Más adelante, explica que no se hará responsabilidad de “daños indirectos, incidentales, especiales, ejemplares, punitivos o emergentes, incluídos el lucro cesante, la pérdida de datos, la lesión personal o el daño a la propiedad, ni de perjuicios relativos.
Uber no te protegerá en caso de que sufras algún tipo de acoso, robo o accidente mientras estés dentro de la unidad.
Y por si fuera poco, la plataforma se protege ante cualquier acción legal que los usuarios quieran emprender por daños o incidentes.
Prácticamente, es como hacer uso de cualquier otro taxi, sólo que con la “comodidad” de pagar con tu tarjeta de crédito o débito.
AQUÍ puedes leer (ahora sí) sus términos y condiciones.
Luego de la polémica que esta actualización generó, la empresa aseguró que estos términos ya exisitían, y que sólo se actualizó el domicilio fiscal, nuevos elementos de verificación de identidad que pueden exigirse a los usuarios como Facebook (¿WTF?) y los términos de pago en cuanto a limpieza y objetos perdidos.
Esta es una gran lección de que, para éste y cualquier otro servicio, debes leer cada detalle del contrato, así como de los términos y condiciones, por tu seguridad y por saber qué tanto te conviene o no. Aunque te de flojera leer las letras chiquitas. Sorry.