Giorgio Armani ve la pandemia como una oportunidad de reinventar la moda
El diseñador espera ver grandes cambios para bien en la industria post-coronavirus
La moda está entre los sectores más afectados por la pandemia de coronavirus y su futuro es incierto. La crisis de salud mundial ha hecho que se cuestione la forma en que opera dicha industria. El mismísimo diseñador Giorgio Armani se sumó a las voces que exigen y predicen un cambio positivo en el mundo fashion, pues ve una oportunidad para reinventarlo por completo.
El creador de la exclusiva firma italiana expresó su esperanza de ver una revolución en el sector, que en las últimas décadas se ha caracterizado por un ritmo desenfrenado en los procesos de diseño, manufactura y venta de prendas.
En una carta publicada por la revista estadounidense Women’s Wear Daily, (WWD), el diseñador de 85 años reflexiona al respecto y afirma tajante: “Yo no trabajo así y me parece inmoral hacerlo”.
De unos años para acá, Armani ha cuestionado los excesos del actual sistema de la moda, basado en el consumo masivo y la superproducción, mientras se descuida la protección al medioambiente.
En la misiva, el italiano critica la excesiva oferta y la rapidez con que se pasa de una colección a otra, y habla de un “desajuste criminal” entre el tiempo meteorológico y las estaciones comerciales.
“El declive del sistema de la moda, tal y como lo conocemos, comenzó cuando el sector del lujo adoptó los modos de funcionamiento de la moda rápida con un ciclo de entrega continuo, con la esperanza de vender más”, escribió el icónico modisto.
“No tiene sentido que una chaqueta o un traje mío esté en la tienda durante tres semanas, que se vuelva inmediatamente obsoleto y sea reemplazado por una nueva mercancía, no demasiado diferente de la anterior”, expresó al reclamar un calendario fashion más responsable.
Para Armani, este cierre forzoso debido a la emergencia sanitaria “es una oportunidad para desacelerar y realinear todo; para definir un paisaje más significativo”. También ve “una oportunidad para restaurar el valor de la autenticidad”, pues se manifiesta harto de “la moda como pura comunicación”.
“Basta de espectáculos de cruceros en todo el mundo para presentar ideas insípidas y entretener con espectáculos grandiosos que hoy parecen un poco inapropiados e incluso vulgares. Enormes pero en última instancia, desperdicios de dinero sin sentido. Deben ocurrir eventos especiales para ocasiones especiales, no como una rutina”, agregó tajante el diseñador.
“El momento que estamos atravesando es turbulento, pero también nos ofrece la oportunidad única de arreglar lo que está mal, de eliminar lo superfluo, de encontrar una dimensión más humana”, reflexionó Armani antes de concluir que: “Esta es quizás la lección más importante de esta crisis”.
Giorgio Armani fue de los primeros en entender la gravedad del coronavirus. El pasado 23 de mayo, durante la Semana de la Moda de Milán, presentó su colección otoño-invierno a puerta cerrada, a pesar de las críticas que lo tachaban de “exagerado” o “dramático”.
Por ahora, los talleres de Armani en Italia se están usando para la fabricación de batas, cubrebocas y prendas médicas de un solo uso, destinadas a los trabajadores de la salud que participan en la lucha contra COVID-19.
El afamado diseñador aclaró que su intención es dejar las colecciones de verano en las boutiques “al menos hasta septiembre, ya que es natural”, y señaló que así lo hará desde ahora.
“Siempre he creído en una idea de elegancia atemporal, que no solo es un código estético preciso, sino también un enfoque para el diseño y la confección de prendas que sugiere una forma de comprarlas: hacerlas durar. Por la misma razón, me parece absurdo que, en pleno invierno, uno solo pueda encontrar vestidos de lino en las tiendas y abrigos de alpaca en el verano, por la sencilla razón de que el deseo de comprar debe satisfacerse de inmediato”, sentenció.
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Hay que reconocer que Giorgio Armani tiene muy buenos puntos. Ahora solo nos queda esperar para ver qué cambios sufrirá la industria de la moda, porque una cosa es segura: nada volverá a ser igual en la era post-coronavirus.
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