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Últimamente están de moda las dietas detox, esas en las que tomando un jugo o solución limpian tu cuerpo, sin embargo… ¿qué tan buenas o malas son?

Por Ana Gaby Lozano

Una amiga hizo la dieta del Sirope de Savia. Durante 10 días no pudo comer nada, sólo bebía una botella de agua a la que le había agregado un líquido de color marrón. ¿El resultado? Bajó un kilo y medio, ni una talla y se comió una caja entera de donas rellenas de cajeta. Tras ver el caso de mi amiga, le pregunté a mi nutrióloga si esas dietas funcionaban, y me respondió lo que me sospechaba: ¡son un mito!

Según Frank Sacks, Director de la Escuela de Salud Pública de Harvard, el cuerpo en sí, no tiene la necesidad de que "lo ayudemos a eliminar toxinas” porque éste lo hace sólo, sin importar lo que comamos. Así mismo, Mike Roussel, nutriólogo y fundador de Naked Nutrition aseguró en una entrevista con la revista Shape que la mayoría de los planes de desintoxicación son un fraude y sugiere que, si quieres darle un reset a tu cuerpo, te enfoques en tres pilares: digestión, metabolismo y enfoque.

Digestión
Muchos de los problemas que tenemos son por culpa de una mala digestión, para hacer la tuya mejor, quita de tu dieta algunos alimentos alérgenos como los lácteos, el gluten o la cafeína por unas semanas. Luego, poco a poco, velos incluyendo nuevamente y observa cómo te sientes.

Metabolismo
Dentro de nuestro cuerpo, las células de grasa albergan metales, los cuales sí podemos eliminar y desintoxicar. Para hacerlo, es necesario ejercitarte 5 veces por semana y comer alimentos con altos índices nutricionales, como col rizada berza, espinacas o moras azules.

Enfoque
Aunque sientas que no puedes vivir sin café, ¡es hora de dejarlo! Roussel menciona que la cafeína hace que pierdas el control sobre tus horas de sueño, resultando esto en un círculo vicioso. Deja la cafeína a un lado y asegúrate de dormir 8 horas cada noche, ¡eso también te ayudará a regenerar tus células! Como complemento a todo esto, ¡practica meditación y/o yoga! Te ayudará a tener mejor concentración y tranquilidad espiritual.

¿Ves? Mejor pon ese jugo de lado y come rico aprovechando las vitaminas y minerales naturales que los alimentos te ofrecen.