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Revista Veintitantos

Photo by Samantha Gades on Unsplash

8 Señales de que padeces menopausia social a tus veintitantos

Si ya cancelas planes porque te da flojera salir, te urge leer esto

24/07/2019 | Autor: Mairem Del Río
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Cuando estás al final de la adolescencia y en la primera mitad de tus veintitantos tienes todas las ganas y energía para salir de fiesta un día sí y el otro también. Pero algo cambia mientras te acercas a los 30 años. Descubre si esas tremendas ganas de cancelar planes para quedarte en casa es una de las señales de que ya padeces menopausia social.

Típico que en cuanto cumples 18 años (ok, tal vez antes) quieres divertirte al máximo, sales a la menor oportunidad, te desvelas, bebes hasta el amanecer y te curas la resaca en tiempo récord.

 

 

 

Pero de pronto cumples 25 y ya no, ¿qué pasó?

Cuando llegamos más o menos al cuarto de siglo tenemos otras cosas en qué pensar: un trabajo agotador, independizarte de tus padres, deudas, pareja o hijos. Todo esto hace que nuestra energía para enfiestar disminuya a niveles insospechados.

Obvio no es una ley universal que a los 25 años vas a pasar de “chica fiestera” a “señora de casa”, pero de que pasa, pasa.

Ese cambio ha sido nombrado como “menopausia social”, y los expertos la definen como “darse cuenta de que las cosas que solías considerar divertidas como ir de fiesta, conocer gente nueva, etc., ahora sólo te cansan y te provocan ansiedad y malhumor”.

 

 

 

Checa las señales y descubre si padeces menopausia social:

1. Buscas pretextos para no salir de casa

No solo cancelas planes, ¡evitas hacerlos! Casualmente cada vez que te invitan a salir “ya tenías planes”, “estás enferma” o “tienes un compromiso familiar”.

2. Sientes alivio y hasta alegría cuando te cancelan planes

Solo sonríes, te relajas y disfrutas un maratón de Netflix. Y seguro la persona que te canceló el plan está igual.

3. Ya no aguantas beber alcohol

Sabes que si te tomas más de dos tragos o cervezas terminarás con una infernal cruda de 3 días.

 

 

 

4. ¿Festivales musicales? No, paso

Antes era lo máximo pasar penurias para ir a kilómetros de tu casa, bailar y brincar mientras un montón de desconocidos sudorosos te aplastan y orinar en letrinas sucias (o al aire libre, ewww). Ahora es como “No gracias, lo veré en YouTube”.

5. Desvelarte ya no es opción

Cuando pasan de las 10 pm, incluso en fin de semana, tienes que hacer un gran esfuerzo para no quedarte dormida. Si estás en una reunión te toca fingir que estás despierta, aunque por dentro ya estás soñando con tu camita.

6. La música muy alta te molesta

Cada vez te gusta menos ir a los estridentes antros y si vas a un bar tiene que tener la música a un volumen decente y asientos disponibles, porque en realidad solo quieres platicar con tus amigos y relajarte.

 

 

 

7. Odias las multitudes y los cambios de clima

Sentir mucho calor o frío en un lugar es determinante para que te quedes o te vayas de un lugar. También te sientes sofocada cuando hay demasiada gente, ¡se están robando tu aire para respirar!

8. Te levantas temprano en fin de semana sin despertador

Tu reloj biológico se ajusta a tus horarios laborales. Claro que despertar temprano no es tan malo y hasta te alegra, porque así tienes tiempo de ir a súper, lavar la ropa, cocinar, hacer el quehacer, llevar a lavar el carro y todas esas cosas que hace la gente madura, responsable e independiente.

Mira también: Nesting: el placer de quedarte en casa ¡sin culpa!

Quizá la menopausia social suena a que estás envejeciendo, pero en realidad es un cambio natural en el proceso de madurar. Así que abrázalo mientras te envuelves en tu cobijita para ver Netflix, leer o ver tu celular hasta que te ardan los ojos.

 

 

 

 

 

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