Lo bueno y lo malo de ser la primera mamá entre tus amigas
Tener un bebé antes que todas tus amigas es un reto, pero tiene sus ventajas
Todo es risa y diversión con tu grupo de amigas hasta que decides convertirte en mamá. De un día para otro tu vida cambia y eso impacta en la relación con tus seres queridos, en especial cuando ellas no han pasado por esa experiencia.
Ser la primera de tus amigas en tener un bebé puede ser muy complicado. Sabes que aunque te apoyan, en el fondo no entienden lo que estás viviendo. Mientras aprendes a lidiar con tus nuevas responsabilidades, ves a todas disfrutar libremente la vida, y eso puede ser muy frustrante.
Checa lo bueno y lo malo de entrarle a la maternidad antes que tus amigas, ¡seguro te vas a identificar!
El lado bueno…
1. Te vuelves la gurú local de maternidad
Te conviertes en la primera experta en el tema, la persona a quien las demás van a recurrir cuando llegue su turno y tengan mil dudas.
2. Van a estar encantadas con el bebé
¡El nuevo sobrino será la sensación! Vas a tener problemas a la hora de elegir madrina, porque varias se van a apuntar. Y espérate a la lluvia de regalitos que le llegarán a tu peque desde el baby shower y después.
3. Tu bebé es la mejor excusa para todo
Ser mamá es súper agotador y demandante, por eso resulta el mejor pretexto para quedarte en casa aun cuando tienes algo de tiempo libre. Lo más probable es que tus amigas comprendan que tu vida cambió y ya no se molestarán cuando decidas no asistir a una fiesta, reunión o viaje.
4. Puedes escoger primero
Al ser la primera en pasar por esto no tienes qué preocuparte por copiarle nada a tus migas. Puedes elegir libremente el nombre de tu bebé, su ropa, carriola, el tema de su primer cumpleaños, ¡todo!
5. Serás la primera en enterarte cuando alguna se embarace
Si alguna de tus amigas sospecha que viene un bebe en camino, seguro acudirá a ti. Serás su mejor fuente de información sobre lo relacionado al embarazo, parto, lactancia, cuidados del bebé y demás.
Lo que no está tan padre…
1. No te comprenden del todo
No importa cuánto les hables de los cambios que se te viene encima: cuidar al bebé 24/7, noches sin dormir, duchas de cinco minutos (o menos), cero tiempo para arreglarte, etc. Ya que ellas no lo han vivido es muy difícil que lo entiendan. Incluso pueden pensar que exageras y solo estás armando drama por culpa de las hormonas.
2. Las reuniones de amigas se vuelven misión imposible
Ahora tus horarios y los suyos son muy diferentes, y además ya te toca pensar por dos. Ver a tus amigas sin hijos es un reto, pues lo mejor es no llevar al bebé. Sin embargo a veces es muy complicado encontrar a alguien responsable y de confianza que lo cuide por unas horas. Si vas a la reunión con tu peque, las demás se tienen que adaptar a ir a un sitio cómodo y familiar, con menú de niños, juegos y cambiador en el baño. Y además, la salida tiene que cuadrar con sus horas de comida y siesta, para no romper su rutina.
3. No puedes tener una conversación fluida y coherente
Atrás quedaron las largas pláticas con tus amigas, ya sea por teléfono o en persona. Tu atención estará puesta en tu bebé: atender sus necesidades y que no haga un desastre, básicamente. La mayoría de tus conversaciones serán interrumpidas por que el bebé tiene hambre, quiere ir al baño, está llorando o simplemente quiere atención de mamá.
Por si fuera poco, cuando trates de retomar la plática no recordarás de qué estaban hablando.
4. Empiezas a hablar como mamá
Es inevitable, todas lo hacemos en cuanto la prueba de embarazo da positivo. De pronto platicas de cosas “raras” como lactancia, vacunas, colecho, crianza con apego, porteo, etc. ¡Tus amigas sentirán que les hablas en chino! Solo ten paciencia y trata de explicarles esas cosas, para que te entiendan mejor. Pero si no las ves interesadas, mejor cambia de tema e intégrate a su conversación ‘child free’.
5. Solo hablas de tu bebé
¡No es tu culpa! La maternidad implica que tu mundo gire en torno a tu hijo, por lo menos al principio. Los primeros meses estás sola en casa con esa personita, sales muy poco y pierdes el contacto con muchas personas. Así que es normal que ese sea tu único tema de conversación.
Tus amigas pueden escucharte con paciencia y ternura por un rato, pero después de un par de horas se volverá tedioso o aburrido. Para no caer en esto, trata de mantenerte al día con lo que pasa en el mundo. Siempre tendrás unos minutos para ver tus redes sociales o la nueva serie del momento, sobre todo cuando el bebé se queda dormido en tus brazos y no te puedes mover.
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Es normal que te desconectes un poco cuando eres la primera mamá en tu grupo de amigas. No te sientas mal por cuidar tus nuevas prioridades, ya verás que con el tiempo las cosas se acomodan. Tú te adaptarás a tu nueva maternidad y aprenderás a compaginarla con tu vida social. También tus amigas lo harán y empezarán a entenderte mejor, en especial cuando se unan al club de mamás y puedan compartir experiencias.
¡Ten paciencia y disfrútalo al máximo!