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Parece que, como toda novia que está a unas semanas de su boda, Meghan Markle está en modalidad ‘bridezilla’, al grado de que puso al príncipe Harry bajo una estricta dieta para que adelgace antes de la esperada Boda Real, que se llevará a cabo el próximo 19 de mayo.

Tomando en cuenta que la boda será vista por millones de personas en todo el mundo, Meghan tiene  suficientes motivos para estar nerviosa y querer que ambos luzcan perfectos, por eso le ha contagiado su amor por la vida sana a su prometido y le puso una dieta súper sana, además de motivarlo a que se inscribiera en un exclusivo gimnasio donde paga £575 libras al mes (casi $15 mil pesos mexicanos). 

El príncipe ha adoptado algunos hábitos de la futura duquesa de 36 años, como el gusto por los jugos détox (juicing), ha dejado los carbohidratos y la comida procesada, agregando a su dieta diaria ingredientes como kale y quinoa. 

¿El resultado? Según fuentes cercanas a la pareja el royal ya ha bajado algunos kilitos.

“Meghan ha cambiado completamente la dieta de Harry. Ella lo tiene tomando jugos y ha perdido al menos 3 kilos, lo cual es mucho para alguien tan delgado como él. Han comprado un exprimidor de primerísima calidad y lo tiene con batidos de frutas y verduras. También lo está alejando de la carne”, reveló el informante anónimo al portal británico Daily Mail.

Desde hace unos meses, Harry ha comentado que eliminó algunas cosas de su dieta. Por ejemplo, durante una visita a una escuela de Chicago el año pasado, el príncipe de 33 años admitió que había dejado la pizza y les dijo a los estudiantes nunca había comido un kebab.

Esto es de sorpender, ya que sus compañeros del ejército contaban que hace unos años el príncipe “vivía de Kentucky Fried Chicken”, y el ex chef de la familia, Darren McGrady, dijo que cuando eran chicos, Harry and William amaban comer hamburguesas, pizza y cáscaras de patata fritas. 

Por su parte, Meghan es toda una fanática de la vida healthy, practica yoga y pilates, y ahora corre todos los días en los jardines del Palacio de Kensington, además de llevar una dieta en la que predominan los vegetales, aunque ha confesado que de pronto come papas fritas, vino y helado.

Algunos reportes afirman que aunque Meghan es muy delgada, en las últimas semanas han tenido que ajustar su vestido de novia porque ha bajado mucho de peso, tal como le ocurre a muchas chicas antes de caminar al altar. 

El príncipe Harry eligió a su hermano William como padrino en la Boda Real

A pesar de su vida de excesos y de disfrutar la vida (y la comida) al máximo, el príncipe Harry es la prueba de que nunca es tarde para hacer algunos cambios positivos en nombre del amor y la salud.

 

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