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10 Actitudes de los jefes que hacen renunciar a sus mejores empleados

10 Actitudes de los jefes que hacen renunciar a sus mejores empleados

Bien dicen que “la gente no renuncia al trabajo, renuncia al jefe”.

17/08/2017 | Autor: Mairem del Río
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Por más que alguien ame su trabajo, a veces los jefes tienen ciertas actitudes que pueden hacer renunciar hasta al mejor empleado, ¿el tuyo hace algunas de estas cosas?

 

 

Cada vez es más común escuchar a gerentes, coordinadores o directores quejándose de que sus mejores empleados se van, y por otro lado están los trabajadores inconformes que ya no soportan el trato que reciben.

 

Pocas cosas son tan dañinas para una empresa y sus empleados como tener un mal jefe, ya que éstos tienden a echarle la culpa de la desbandada a todo y todos sin detenerse a pensar en lo más importante: la gente no renuncia al trabajo, renuncia al jefe. 

 

 

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Más de la mitad de las personas que abandonan su trabajo lo hacen debido a su relación con su jefe. Lo triste es que esto se puede evitar con pequeños cambios, pero primero debemos entender las peores cosas que hacen los jefes. 

 

 

1. Hacen trabajar demasiado a la gente

 

Nada afecta más a los buenos empleados como sobrecargarlos de trabajo. Muchos jefes hacen que los mejores trabajen más duro, y para alguien talentoso esto es muy desconcertante, pues sienten que los castigan por su buen rendimiento. 

 

 

Según una nueva investigación de la Universidad de Stanford, la productividad por hora disminuye bruscamente cuando la semana de trabajo excede de 50 horas. El incremento en la carga de trabajo debe ir acompañado de un aumento de sueldo o un ascenso. Si sólo se le da más trabajo a alguien por que es talentoso, sin cambiar nada, se buscará otro empleo donde le den lo que merece.

 

 

2. No hay reconocimiento ni recompensas

 

A todos nos gusta que nos feliciten por un trabajo bien hecho, en especial a los que trabajan duro y dan todo. Un buen jefe busca la forma de mantener motivado a su personal, ya sea con un reconocimiento público, un bono o un descanso extra. Si no hay nada de esto, se irán a donde sí los valoren, porque sí existen empresas donde su filosofía se enfoca en bienestar/productividad.

 

 

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3. No se preocupan por sus empleados

 

Las compañías inteligentes se aseguran de que sus directivos sepan cómo equilibrar el ser profesional con el ser humano, que celebren el éxito de un empleado o tengan empatía con los que pasan por tiempos difíciles. Los jefes que no ven a sus empleados como personas, si no como un medio para incrementar la producción, siempre tendrán altas tasas de rotación. 

 

 

4. No cumplen sus compromisos

 

Hacer promesas y no cumplirlas es de lo peor, hace quedar al jefe como alguien traidor, indiferente, e irrespetuoso. Después de todo, si él no honra sus compromisos, ¿por qué deberían hacerlo los demás?

 

 

 

5. Contratan y apoyan a las personas equivocadas

 

Los empleados de excelencia quieren trabajar con profesionales que estén a su altura, y cuando contratan gente mediocre resulta muy desmotivador. Y es un insulto cuando esas personas escalan posiciones por encima de ti a pesar de tus capacidades y esfuerzo.

 

 

6. No dejan que la gente siga su pasión

 

Muchos gerentes quieren que la gente trabaje en una pequeña caja, pues temen que la productividad baje si permiten que amplíen sus horizontes. Este temor es infundado, pues los estudios muestran que las personas que son capaces de perseguir sus pasiones en el trabajo fluyen mejor y tienen un estado de ánimo eufórico 5 veces más productivo que el promedio. 

 

 

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7. No desarrollan las habilidades de las personas

 

Los buenos jefes saben manejar a su gente para sacar lo mejor de ellos, les prestan atención, los escuchan, dan retroalimentación e identifican sus fortalezas y debilidades para encaminarlo a que se desarrolle más. Los empleados sobresalientes necesitan retroalimentación, aún más que los menos talentosos, y es trabajo del jefe que éste llegue, de lo contrario la gente se aburre o siente que no está creciendo.

 

 

8. No motivan su creatividad

 

Los empleados más talentosos buscan mejorar todo lo que tocan. Si se les quita la capacidad de cambiar y mejorar las cosas sólo porque el jefe se siente más cómodo con las cosas tal y como están, esto les hace odiar sus trabajos. Enjaular este deseo innato de crear limita al empleado y a toda la empresa. 

 

 

 

9. No desafían a las personas intelectualmente

 

Los grandes jefes retan a sus empleados para lograr cosas que parecen imposibles al principio, los sacan de su zona de confort y hacen todo lo posible para ayudarlos a tener éxito. Cuando las personas talentosas e inteligentes se encuentran haciendo cosas que son demasiado fáciles o aburridas, buscan otros trabajos que desafíen su intelecto.

 

 

10. Los acosan constantemente

 

Llamadas, correos, visitas sorpresa, mensajes en la madrugada… Quizá sea necesario supervisar de cerca y recordarle sus deberes a algunas personas, pero un empleado de excelencia se sentirá acosado y abrumado, pues no entenderá el porqué de tanta desconfianza si ha dado muestras de un gran desempeño. Cuando estás ante un acosador solo puedes hacer lo más natural: huir.

 

 

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Tal vez esto no te ayude mucho para lidiar con un mal jefe (que abundan), pero ahora entiendes porqué odias tu trabajo y quieres renunciar tres veces al día. 

 

Además, ya tienes una idea de lo que debes hacer el día que te encuentres del otro lado del escritorio, porque los buenos empleados no son fáciles de encontrar, sus conocimientos, habilidades y actitud les abren muchas posibilidades y un buen jefe necesita saber cómo hacer que éstos quieran trabajar para él. 

 

 

 

 

 

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