Veintitantos

sub Sinceramente espero que no. Es una de las experiencias que no quieres tener. O que alguien tenga frente a ti. Pero la verdad, es que la mayor parte de nosotros tendremos alguno a lo largo de nuestra vida. Así que es mejor aprender a identificarlos y saber qué hacer cuando se presenten. sub

Por: MaríaIsabel Mota / @MariaIsabelMota

Un ataque de ansiedad tiene muchos síntomas físicos: mareos, náuseas, escalofríos, temblores, sudación exagerada, entumecimiento de las extremidades. Los emocionales incluyen miedo por separación, sensación de asfixia, miedo a perder el control, a la muerte inminente. Si, miedo a morir de repente.

¿Qué tendrías que estar haciendo para sentir un ataque de ansiedad? Pues es diferente en todos. En mi caso, estar en medio de una multitud. Justo ayer hubo un simulacro de incendio en la oficina… déjenme les cuento la escena.

Una alarma chillante, de pitidos cortos y molestos empezó a sonar. Después, unas luces de estrobos empezaron a centellar en los pasillos. Todo mundo se paró y empezó a caminar molesto hacia la salida. Para ese momento yo ya estaba respirando demasiado rápido. Mi plan era esconderme en alguna oficina, detrás de un mueble, que es lo que normalmente hago porque yo ya estoy consciente de mienoclofobia Pero el equipo de brigadistas no lo sabían y yo no estaba ya en condiciones de explicarlo, así que me insistieron en salir y la insistencia provocó que empezara a tener visión de túnel: había demasiada gente preguntándome cosas.

El guardia del piso, un tipo increíblemente amable y de voz pausada, entendió que yo no me iba a mover con facilidad, así que me ofreció acompañarme todo el camino hasta la calle. Mi método para cuando estoy en una multitud es esconder la cabeza en la espalda de mi acompañante, por lo que éste debe medir bastante más que yo, cosa que no pasaba en este caso.

Mientras caminaba hacia las escaleras intenté mantener la vista sólo en mis pies, pero el guardia no era tan alto como yo y veía todo, y el ruido se intensificaba, y los pasos de todos a mi alrededor se escuchaban como tamborazos. Y había que bajar dos pisos. Yo sé que ustedes leen: "Bueno, menos mal, sólo dos pisos", pero para mí en ese momento era: "Caray, dos larguísimos pisos".

No más puse un pie en el primer escalón y sentí las primeras lágrimas. Ya para ese momento estaba aterrada, con la respiración demasiado entrecortada y además empezaba a enojarme por ponerme mal por una tontería. Creo que esa es la peor parte para mí.

Cuando empecé a tratar mi enoclofobia, mi terapeuta me recomendó varios ejercicios de concentración, mi favorito es este:Tocar con mi pulgar el dedo meñique, luego el índice, luego en anular, luego el cordial. Después invertir el orden. De esa manera no pongo atención en lo que pasa alrededor si no en que me salga bien el ejercicio. Me funciona muy bien si viajo en camión o si de repente en el súper o en el cine, la fila para entrar o salir se pone muy pesada. Pero en este caso no había cómo.

Al salir del edificio de mi oficina me escondí en una jardinera y empecé a hacer ejercicios de respiración. El guardia me hizo favor de ir a ver cómo estaba cada 10 minutos pero también me hizo favor de no hacer más grande el asunto llamando a los paramédicos. Yo ya sé cómo controlarlo y la presencia de más atención me iba a poner peor.

No fue un día fácil el de ayer, pero después de llorar un rato, por el susto y sobre todo por la frustración, y con la ayuda de mis amigos, conseguí recordar que es perfectamente normal tener una fobia, y que lo más importante es aceptarla.

Si alguna vez has sentido algo de esto, es muy importante que identifiques qué lo detonó y que entiendas que tu miedo es perfectamente normal, que no te debilita y que aunque tal vez vivas con él toda la vida, puedes aprender a lidiar con eso.