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Los 8 peores tipos de entrenador que hay en el gimnasio

En muchas ocasiones son súper buena onda pero en otras... 

Autor: 
Mairem Del Río
iStock
20 Feb 2017
Categorías: 
Bienestar
Fitness

Cuando por fin te inscribes al gimnasio y llegas con toda la actitud, hay cosas que pueden sabotear tu propósito de llevar una vida más activa, y uno de los más comunes es toparte con un mal instructor.

 

Los malos entrenadores abundan, no importa cuánto prestigio tenga el gym o si estás pagando una millonada al mes, eres igualmente vulnerable a caer en las manos de un instructor que en vez de motivarte y guiarte hacia tus objetivos, te haga odiar el ejercicio, como estos:

 

1. El prepotente. Tiene un título en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, o algo similar, y cree que eso lo hace mejor que otros en todo lo que tenga que ver con el deporte, el ejercicio físico o la salud. Si insinúas que hay algo que no puedes hacer, o que quieres un tipo de entrenamiento específico o algún ejercicio que ya te ha dado resultados, sólo te ignora y te pone la rutina que él diseñó, porque nadie puede saber mejor que él lo que te conviene.

 

 

 

2. El vendedor. Sólo se te acerca para tratar de venderte sus entrenamientos personalizados, pero si le pides ayuda te pone mala cara y lo hace más a fuerza que por gusto. Su línea favorita es: “Si quieres ver resultados, tienes que llevar un entrenamiento personalizado, yo te puedo entrenar. Cada sesión de una hora sólo cuesta (inserta aquí una cantidad absurda)”. ¿Acaso no acabas de pagar una mensualidad para entrenar?

 

3. El fisicoculturista. También conocido como ‘mamer’. Tiene los músculos hiperdesarrollados, se nota que sabe trabajar su cuerpo… y sólo su cuerpo. No es bueno para dirigir a otras personas, le da prioridad al levantamiento de pesas y piensa que todos deberían aspirar a tener unos músculos voluminosos como los suyos. Si quieres otra cosa, te ignora, te tacha de mediocre o hace evidente que le das flojera.

4. El víbora. En vez de enfocarse en entrenar bien a los usuarios que le asignan o prestar ayuda para así ganar adeptos, se enfoca en hacer quedar mal a sus compañeros. Opina que todos son malos entrenadores, excepto él. Invierte mucho tiempo y esfuerzo en desprestigiar a los demás entrenadores usando mentiras y calumnias, e incluso habla mal de sus clientes con otras personas: “Es que no progresa porque no hace lo que le digo”.

 

5. El supervisor. Es el típico que dirige la sesión sentado a un lado, mientras se pierde en su celular, se pone a platicar con quien esté cerca o te deja sola para verse en el espejo, y sólo voltea de vez en cuando para checar si sigues ahí.

 

6. El bully. Desde que te lo presentan te mira de arriba abajo con cara de “¿y con esto tengo que trabajar?”. Te pone una rutina más allá de tus capacidades y no pierde la oportunidad de recordarte lo mala que es tu condición física o los defectos de tu cuerpo. Te dice que todo lo haces mal, que no te ve motivada o se burla cuando le dices que algo te duele o que tu cuerpo ya no aguanta más.

 

 

7. El que simplemente es malo. Tiene todas las limitaciones posibles: mala técnica, posturas forzadas, correcciones insuficientes o nulas, entrenamientos repetitivos y aburridos, etc. Sus entrenados terminan adoloridos y lesionados, o bien, cansados y sin ver resultados.

 

8. El galán. Es un amor con todas sus clientas guapas, y no es raro que logre conquistara varias, porque ¡músculos! Sin embargo, con los hombres o las chicas que no le gustan suele ser apático y hasta grosero. Se ocupa más de ligar que de trabajar y después hace alarde de sus conquistas.

 

 

Los entrenadores pueden ser buenos o malos sin importar edad, género o nivel fitness, incluso pueden caer en más de una categoría a la vez: prepotente-malo, fisicoculturista-bully, galán-vendedor, etc. ¡las posibilidades son infinitas!

 

Es importante que en cuanto detectes algún comportamiento de parte de tu entrenador que te haga sentir incómoda, agredida o ignorada, lo reportes de inmediato con su superior y pidas que te cambien de instructor. No sólo está en juego el bienestar de tu cuerpo, también tu salud mental, ya que un personaje de estos puede dañar tu autoestima, apagar tu motivación y hacer que te alejes del ejercicio indefinidamente.  

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