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Desde hace un par de años hemos visto cómo se multiplican las melenas en tonos gris y blanco. Esto va más allá de una simple moda, también es visto como parte de un movimiento para reivindicar las canas, dejar de depender del tinte para el cabello y aceptar el envejecimiento como parte de la vida.

 

 

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Cada vez más mujeres de todas las edades eligen dejar de teñirse el pelo para lucir con orgullo esos hilos plateados, haciendo a un lado las convenciones estéticas basadas en el culto a la juventud.

 

Hace dos años, la escritora y periodista especializada en moda, Sophie Fontanel, decidió dejar crecer su pelo blanco y compartir la experiencia con sus más de 119 mil seguidores en Instagram. A sus 54 años, afirma que sólo lo hizo porque se dio cuenta de que le quedaba mejor su cabello natural que teñido. 

 

 

 

 

La tendencia de aceptar las canas llegó a Europa desde Estados Unidos y se popularizó desde hace unos años. Ahora, mujeres de 30, 40, o más años se expresan en sitios como Revolution Gray (Revolución Gris), hartas de tener que someterse a al teñido regular y reacias a los productos químicos.

 

La periodista, que trabajó quince años para la revista Elle y que hoy tiene una columna de moda en el semanario L'Obs, piensa que las mujeres, a causa de los convencionalismos, evitan probar formas distintas de belleza. 

 

Por eso quiso poner fin a todos los prejuicios sobre las canas: que son demasiado gruesas, que hay que tenerlas cortas, que a los hombres no les gustan, etc.

 

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Pero ella no es la única que ha seguido esta tendencia, algunas de las pioneras son actrices como Jamie Lee Curtis, Helen Mirren o la mismísima Meryl Streep con su personaje de 'Miranda Priestly' en 'The Devil Wears Prada'.

 

 

 

 

Ahora, el silver hair y el white hair son toda una sensación en las cabelleras de celebridades como Nicole Ritchie, Ellie Goulding, Cara Delevingne, Lady Gaga, Rihanna, P!nk y Ariana Grande, que probaron teñirse en esos tonos. 

 

 

 

 

 

Para las que tienen abundantes canas naturales, el mayor conflicto es atenuar el efecto bicolor y evitar que éstas se tornen amarillas, para lo cual invierten en productos especiales que las acompañan en el período de transición. 

 

 

 

 

El sociólogo Frédéric Godart, citado por Huffington Post, afirma que: “Para las mujeres, las canas siempre fueron mal vistas desde un punto de vista estético, exclusivamente asociadas a la decadencia física. Junto con la prolongación del tiempo de vida y la afirmación progresiva de las mujeres en todas las profesiones y en los medios, las cosas cambian: una señal de envejecimiento se convierte en una opción estética como cualquier otra".

 

 

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Quizá es momento de que decirle “adiós” al tinte sea una opción más para las millones de mujeres que tienen canas desde muy jóvenes y no están dispuestas a someterse a los químicos ni a los retoques mensuales.