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Según algunas estimaciones, la persona promedio dice al menos una mentira ‘blanca’ al día, y aunque generalmente no causa mucho daño, ¿qué pasa cuándo se le miente a alguien a quien amas y en quien se supone confías?

Cuando quieres descubrir si alguien te miente, especialmente tu pareja, es importante determinar y conocer sus hábitos normales, por ello, “si notas un cambio en su comportamiento habitual, es el ‘momento aha’”, asegura la experta en lenguaje corporal y autora del ‘Método de los Maestros’, Blanca Cobb.

 

También hay que tomar en cuenta que el lenguaje corporal inusual no necesariamente implica un engaño. También el estrés laboral o la ansiedad causan inquietud, ruptura del contacto visual y muletillas.

Ok, pero ¿cómo diferenciar la mentira del estrés? El tiempo de respuesta: Las personas veraces gesticulan antes de hablar, los mentirosos gesticulan justo después de empezar. 

Así es como puedes interpretar algunas de estás expresiones faciales, de manos y pies potencialmente engañosos.

 

Expresiones faciales: Ojos, tics y movimiento de labios

Según Cobb, las microexpresiones ocurren en una fracción de segundo. Los labios fruncidos y el parpadeo excesivo, para ser exactos, más de 70 parpadeos por minuto.

La sonrisa falsa también es otro indicador, por ejemplo, cuando alguien sonríe en un momento inapropiado, como cuando “lo cachan en la mentira”.

 

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Demasiado contacto y gestos con las manos

En situación incomodas, los adultos tratan de consolarse, por ello tocarán su boca, ojos, oídos y nariz para aliviar la sensación de estrés y preocupación.

Las señales de comodidad más comunes en los adultos es cuando se “truenan” los dedos o los nudillos, el aumento de bostezo, cruzar las piernas, golpeteo con los dedos o acomodarse o tocarse el cabello demasiado. 

Incluso, el mentiroso se rasca mucho, pues el estrés afecta negativamente las terminaciones nerviosas, por ello, sienten picazón en ojos, nariz, orejas y las comisuras de los labios. 

Si se encuentran en una situación de sumo estrés, tienen a esconder las manos bajo la mesa o meterlas en sus bolsillos.

 

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Pies inquietos

Los pies también son un indicador constante pues tenemos menos control sobre los pies. Cuando las personas responden preguntas difíciles retuercen los pies, golpean el piso o algo cercano con las puntas de sus zapatos, o abren y cierran rápida y repetidamente las piernas si están sentados. 

 

El cuerpo no miente, y es que a veces un gesto dice mucho más que mil palabras. Al hacer estos movimientos, dicen una cosa pero sienten otra.

 

 

Con información de Rebookmag