Dice un dicho: “¿Quieres hacer reír a Dios? Cuéntale tus planes". Y aunque su significado suena obvio, el mensaje es una invitación a aceptar que no todo depende de uno y que hay otros factores que influyen en que algo se realice o no.
Se trata, dice la psicóloga Adriana Peña, de no aferrarte a nada “aprender de lo que vivimos ya sea que se hablemos de algo muy positivo o de otra situación que no estamos logrando con facilidad, nos da la oportunidad de auto observarnos, reconocer nuestras reacciones y por otro lado advertir que la vida está en constante movimiento y podemos elegir nuestros movimientos en esta hermosa danza”.
El hecho de fluir puede marcar una diferencia inmensa en el curso que tomen tus planes y proyectos, porque no equivale a que te quedes estático, sino a que hagas lo que te corresponde y como dice la especialista, siembres esas semillas de acción que en algún momento van a dar frutos y tal como funciona la naturaleza, lo harán cuando el momento sea apto.
“Podemos distinguir que no fluimos cuando tenemos un comportamiento egoísta, cuando nos cuesta sostener un compromiso con algo o alguien, que experimentamos inestabilidad en cualquiera de los campos de nuestra vida. Lo que vemos afuera, con nuestras acciones y reacciones, son un espejo de lo que hay dentro de nosotros, por ejemplo, si dejamos de esforzarnos y elegimos dar menos, hemos dejado de sembrar generosidad, así que lo más probable es que la carencia se manifieste en nuestra vida”, explica la especialista.
Soltar, equivale a vivir con alegría y aceptación, que no es lo mismo que ser conformista. Se trata de dejar de pensar que tienes el control de todo y hacer lo que te corresponde, sin que los resultados te vulneren, pero que sí te den la certeza de que por tu parte el trabajo está hecho.
#ParaLeer: 'Flow', de Mihalyi Csikszentmihalyi, Editorial Kairos
Colaboración de Fundación Teletón México.
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