Tener relaciones sexuales no sólo implica besos, caricias y penetración, también concentración y poner mucho de nuestra parte para que todo funcione perfectamente.
- Ser muy pasivas. Hay muchas mujeres (no todas), que se derrumban en la cama y esperan a que su pareja haga el trabajo difícil, movimiento, caricias, penetración, etc. La relación ¡es de 2! No puedes permitirte dejarle todo el trabajo a tu pareja, que además de terminar exhausto se sentirá mal al ver que no te interesa para nada poner algo de tu parte.
- La exageración. Contrario al punto anterior, todos esos gritos, gemidos y arañazos en la espalda que hagas sin sentido serán en vano, tu galán se dará cuenta de que son totalmente actuados y con cero sentimientos.
- No ser naturales. Sinónimo a 'posar' todo el tiempo, querer dar la impresión de que todo sabemos y todo podemos. Recuerda lo importante que es ser auténtica en todos los sentidos, sobre todo en los de intimidad.
- Preocuparse por todo. Este es un momento de relajación, tener la mente en problemas personales o pendientes que tienes que hacer se verá reflejado en tu rendimiento sexual, así que trata de concentrarte en tu pareja y en lo que están viviendo.
- Recibir órdenes. Una cosa es proponer algunos jugueteos sexuales y posiciones y otra querer imponérselos a toda costa a tu pareja, así que cuando tengas alguna fantasía o algo que quieras en especial, platícalo con él sin que te veas exigente y con malos tratos.
AVN