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Veintitantos

Vivan las curvas
31 de Octubre

Curvas sin frenos: El monstruo detrás de la pantalla

Citas a ciegas por internet. Historias de amor y terror de la vida real

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La primera vez que tuve una compu en mis manos ya era casi adulta y descubrí que además de servirme para hacer mis tareas de volada, había otro uso más interesante: conocer gente en la red.



Por Aydeé Treinta / TW @ChicaPlusMexico / FB Chica Plus México

Contrario a lo que pudiera parecer soy tímida en cuestiones de ligar, porque el hecho de tener sobrepeso como que te frena a ser la que toma la iniciativa en ese asunto de invitar a los hombres a salir, a pesar de estar en pleno siglo XXI.

En esa época tenía muchos tabúes y miedos, era muy joven; entonces, poco a poco empezó a atraparme ese hecho de poder hablar con la gente a través de la compu, además hay algo en la red que te libera y de modo peligroso bajas la guardia, haces migas y revelas cosas de ti mucho más rápido que en una relación cara a cara. Es más fácil omitir información e incluso mentir, y cuando eres soltera, joven y algo desesperada por pasarla bien no mides hasta dónde pueden llegar las cosas.

No había fotos de perfil por todos lados como ahora, ponías un avatar y con el 'identificabas' en la red, y cuando alguien te preguntaba "¿Cómo eres físicamente?" Omitías lo que no querías decir, yo me describía así “Soy alta, de ojos color café claro, y piel blanca, cabello rojo, labios rojos...” Y cuando me preguntaban “¿Y de cuerpo?" Yo solo contestaba “De curvas grandes, voluptuosa pues” y ya.

Yo creo se imaginaban a una top model de revista americana y cuando ya me pedían foto yo mandaba siempre una muy mona, bien maquillada, de esas fotos que sabes que te ves estupenda del cuello hacia arriba o de las boobs para arriba, porque también esa área sin líos, los hombres no se quejan nunca si el pecho de las damas es grande…Omitía el pequeño gran detalle de mi talla y ahora que recuerdo eso me da mucha pena de mi misma, porque ¿cómo iba a aceptarme alguien tal y como soy si yo misma no lo hacía?

Empecé a tener pláticas con un chavo que se describía a sí mismo como la copia de Johnny Deep y muchos meses estuvimos chateando, me pidió ser su 'cibera novia' y acepte encantada, ERA UN JUEGO, según yo. Un día me dijo que vendría al DF a visitar a sus abuelos en octubre (Si, en octubre… ¡qué coincidencia!). Quedamos de vernos en un famoso restaurante en el último día de ese mes, noche de Halloween.

Una noche antes de la gran cita estaba aterrada, me daba horror saber que me iba a ver y se iba a ir de espadas cuando viera que mis medidas no eran 90-60-90 y que eran más bien ¡90-60- revienta! Además también tenía yo las preocupaciones lógicas acerca de mi seguridad, porque: ¿qué tal si era un tratante de blancas?, ¿Si estaba loco, me mataba y violaba, así en ese orden? ¿Qué tal si era casado? Y la peor la peor de todas, ¿qué tal si era tremendo patán, me trataba feo y me insultaba o decía algo de mi físico?

No pude dormir casi nada esa noche, al día siguiente me arregle para la cita, terminé y vi que tenía mucho tiempo de sobra antes de salir a encontrarme con mi 'Johnny Deep' en la noche. Me recosté en mi cama con cuidado para no despeinarme, quería despertar más fresca y estar muy alerta en mi cita, cerré los ojos según yo sólo un momento y cuando los volví a abrir vi todo oscuro... ¡Era ya de noche! ¡Me había quedado dormida! Vi el reloj y quise que la tierra me tragara, corrí al teléfono, llame al restaurante para que le dijeran a mi 'cibera novio' que ya iba en camino y me preguntó la recepcionista del lugar que cómo era… ¡Dios! ¿Y cómo explicarle si ni yo estaba segura? Le di el nombre y salí corriendo a tomar un taxi.

Llegué, entré corriendo y la mesa, tal como en una pesadilla, estaba vacía; me derrumbé sobre una silla y pedí un vaso con agua, la cual bebí mezclada con mi tristeza, descanse un rato y pues ya más repuesta llamé al mesero y ordené un trago para, literal, ahogar mis penas. Ya envalentonada por la bebida le volví a hablar al mesero, le pedí la cuenta, y le pregunté si había llegado un muchacho al lugar parecido a 'Johhny Deep' y si se había sentado en esa mesa, el mesero sacó una servilleta de su bolsillo y me dijo apenado "¡Perdón señorita, se me olvido! Cuando fui por su tequila un joven me dio esto para usted y pagó su cuenta, disculpe se me olvidó. Aquí tiene.”

Mi sorpresa fue tremenda cuando leí lo siguiente “Hola Aydeé soy Johnny, bueno me llamo Josue pero creo que Johnny te agrada más, lo siento, cuando tú llegaste me acababa de levantar para ir al baño, ya llevaba 3 refrescos en lo que te esperaba, y cuando regresé imagina mi sorpresa cuando vi a la muchacha más linda del mundo sentada esperándome. Lo siento, te mentí, no me parezco a Johnny Deep, y no soportaría que me rechazaras o que me dijeras que solo vamos a ser amigos. Lo siento mucho, pensé que esto sería más fácil, no puedo hacerlo, me estoy quedando casi calvo a mis escasos 24 años y las horas que paso sentado en la compu ya me sacaron una panza que ni mi papá que me dobla la edad tiene. Lo siento hermosa, no puedo hacer esto, y por favor, perdóname por ser cobarde y no decírtelo de frente; mi corazón ya ha sufrido muchas decepciones y ni de broma una mujer como tú, le haría caso a alguien como yo. Brindaré hoy por ti mujer, mañana vuelvo a Chihuahua”.

La última parte la leí mientras corría hacia la puerta para tratar de alcanzarlo, pero en la calle no había nadie con esas señas a la vista, tomé el taxi y de regreso a casa pensé que era una pena que mi 'cibera novio' no me hubiera dado la oportunidad de demostrarle que yo no era como esas personas que lo habían tratado mal, que yo me había enamorado de sus bromas, su ingenio, su ternura. Que yo de verdad si quería conocerlo, que era casi ilógico que algo que empezó en la red se sintiera tan real, pero yo en verdad SENTÍA ALGO POR ÉL y que si había alguien que comprendiera lo que él sentía, ese temor de ser rechazado por el aspecto físico, esa era yo.

Llegué a mi casa y lloré mucho por horas y horas; prendí la compu con la esperanza de que se conectara… Nunca volví a saber de él. Hasta la fecha conservo esa servilleta como un recordatorio de esto: NO DEBO TEMER QUE ALGUIEN ME CONOZCA EN PERSONA Y QUE SI A ESA GENTE NO LE AGRADO Y ME JUZGA POR MI FÍSICO ELLOS SE LO PIERDEN. YO VALGO POR LO QUE SOY Y NO POR CÓMO ME VEO Y QUE UN BUEN HOMBRE, CUYO UNICO DEFECTO ERA SER COBARDE, PENSÓ QUE SOY LINDA TAL Y COMO SOY.

Lo que en verdad es para morir de miedo es que uno olvide su valor, y que te sientas un monstruo, un ser feo o deforme; nunca más me he permitido esos pensamientos y solo espero que algún día ese 'Johnny Deep' lea esto y se de cuenta que no había de que temer y deseo que a donde quiera que este sea mucho más feliz y seguro de él mismo.
 

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