Ese inevitable sentimiento de impotencia, de coraje, de llanto, de ganas de gritar más fuerte cuando tu jefe explota y se lanza a dar de gritos enfrente de todo el mundo… ¿lo has sentido?
No permitas que tu ambiente laboral sea malo. Foto: OtherImages
Por Christin Parcerisa
Sabemos que es importante aprender a manejar la crítica en el trabajo, aceptar cuando nos equivocamos y aguantarnos cuando nos hacen notar nuestros errores. Pero es muy diferente que te lo hagan notar y te den una crítica constructiva a que te regañen a gritos y te exhiban frente a toda la oficina. Lamentablemente muchos jefes pueden tener grandes conocimientos de administración pero cero habilidad para tratar a sus empleados. Cuando este es tu caso ¿qué haces? ¿Especialmente si tu situación no te permite aventarlo todo e irte?
- Antes que nada sé objetiva. ¿Realmente está siendo injusto e irracional o es tu ego herido el que habla? Hay que aprender a diferenciar cuando se trata de una crítica constructiva y cuando es un regaño sin sentido para que actúes de la forma adecuada.
- ¿Hay error o no lo hay? En ocasiones la crítica sí se debe a un error, pero la forma en la que el jefe lo grita confunde todo. Elimina los gritos del contexto y piensa si la causa de su enojo sí está justificada. No para aguantártelos, sino para saber cómo proceder.
- No reacciones. Por más que quieras lanzarte a la defensa o tirarte al llanto contrólate y no lo hagas. Las personas agresivas se crecen con este tipo de reacciones y si haces todo lo contrario puedes controlar el momento de mejor forma.
- Cuando esté calmada la situación acércate a hablar con tu jefe tranquilamente. Aborda el tema y coméntale cómo solucionarás los problemas, haz las preguntas que necesites y por último coméntale que no te pareció apropiada la forma en la que se dirigió a ti y que le pedirías no te faltara al respeto.
- Si la crítica fue injustificada, si se trata de un malentendido o hasta de un rumor no lo dejes pasar, acláralo cuando las cosas se hayan calmado, pues antes de ello tu jefe no estará receptivo a escuchar.
- Si la situación se vuelve a dar y sus gritos son inevitables detenlo en el momento y pídele que lo platiquen cuando esté más calmado, de cierta forma recordándole la conversación anterior.
- Se vale otorgar el beneficio de la duda una vez, pero si se presenta una vez más es momento de tomar cartas en el asunto y acudir ya sea a su jefe directo o a recursos humanos.
- Si es posible solicita un cambio de jefe y si no, tal vez es momento de buscar un nuevo trabajo.
Tener un mal ambiente laboral te afecta más de lo que te imaginas, pues no sólo te daña emocionalmente también físicamente. Cuando estás angustiada por trabajo puedes empezar a presentar trastornos de sueño, problemas gastrointestinales, pérdida de cabello y hasta desbalance hormonal. Tu salud es primero.
