Es inevitable, y normal, que las mujeres nos alarmemos cuando descubrimos a nuestro chico viendo vídeos porno en línea o cuando encontramos revistas con fotos de mujeres desnudas.
Mientras el porno no sea una adicción es normal y hasta saludable. / Foto: OtherImages
Es más común de lo que crees: hay muchas teorías del por qué a los hombres les gusta la pornografía, pero no es algo que te deba angustiar. ¿Has descubierto a tu pareja viendo porno? Entonces seguro te has preguntado: “¿Ya no le gusto?”, “¿Ya no me desea como antes?”, “¿Qué hice mal?”. ¡No te agobies! En general no es algo grave. Aquí te lo explicamos.
Razones
¿Crees que tu pareja es un ser extraño, misterioso y subterráneo por ver pornografía? ¡No lo es! Es una persona común y corriente. De acuerdo con datos publicados por el sitio de recursos y servicios para la mujer de la Universidad de Brigham Young, ¡más de 40 millones de norteamericanos visitan frecuentemente sitios para adultos, de los cuales el 72% son hombres! Él sería uno de los 28.8 millones de varones que entran a estos portales en los Estados Unidos.
Es habitual que los hombres vean pornografía. No es que aquí queramos hacerte sentir bien si descubriste a tu pareja viendo material “prohibido”, pero te planteamos un ejemplo: según un artículo publicado por el sitio Science Daily, para realizar un estudio, el profesor Simon Louis Lajeunesse de la Universidad de Montreal, Canadá, buscó hombres que tuvieran 20 años y que no hubieran consumido pornografía. ¡No encontró a ninguno!
Un artículo publicado por la revista Psychology Today menciona que es probable que el hombre vea pornografía como un medio de escape a sus problemas o simplemente por estrés. ¿Conoces a fondo sus preocupaciones? ¿Mantienen una comunicación adecuada? Medítalo. Además, es casi imposible que él vea a esas voluptuosas estrellas porno soñando tener a alguna como pareja.
¿Acaso tú no tienes fantasías? Es probable que al ver pornografía, tu pareja lleve a cabo mentalmente las cosas que cree que no puede hacer en la vida real, ya sea por pena, miedo, o considerarlo un tabú. Aquí, la comunicación es esencial. Hablar de este tema sin tapujos y abrirse a experimentar cosas nuevas puede ayudar a fortalecer la relación. ¿Por qué no intentarlo?
Los varones son más visuales en cuanto a su sexualidad y la pornografía provoca excitación. Además, un estudio publicado por el sitio especializado en salud WebMD, realizado por el doctor Roy Baumeister, psicólogo de la Universidad Estatal de Florida, confirmó que la mayoría de los hombres piensan en sexo más veces durante el día que las mujeres, en gran parte por su instinto de reproducción. Por tanto, no necesariamente significa que haya perdido el interés en ti. Al contrario, ¿no crees que podrías sacar provecho de ello?
Es probable que tu pareja acceda a la pornografía simplemente por monotonía o por estar aburrido. De nuevo, la comunicación es muy importante. Podrías proponerle otras actividades, como pasear juntos, hacer ejercicio, ir a alguna clase, al cine o practicar algún hobby en pareja. ¿Pasan el suficiente tiempo juntos? ¡Háblalo con él!
Tal vez tu pareja solo tenga curiosidad. Es probable que esté tratando de ilustrarse para darte más satisfacción. ¿Lo habías pensado? Si encontraste a tu pareja viendo pornografía, seguro pensaste que por ello te ha sido infiel, pero no te alarmes, puede que simplemente sea por aprender.
Con el avance de la tecnología y el Internet, son muy comunes estos tipos de contenido en la red. De acuerdo con las estadísticas de la Universidad de Brigham Young, a diario circulan 2.5 mil millones de correos con contenido porno a nivel mundial. Dale el beneficio de la duda. Tal vez se lo envió por correo el primo de un amigo y fue curioso.
Según las estadísticas anteriores, existen 4.2 millones de sitios porno a nivel mundial, y cada uno con diferente tipo de contenidos en cuanto a origen racial, gustos, tallas, peso, etc. Por naturaleza los seres humanos somos curiosos y nos impresionan las cosas diferentes. ¿Crees que sea malo que tu pareja quiera observar cosas novedosas y distintas?
Pero no todo es miel sobre hojuelas y cabe la posibilidad de que mediante la pornografía él esté satisfaciendo algún deseo que no obtiene en la relación y que no quiere platicar. Nuevamente regresamos a la comunicación. El abrirse a este tema, hablarlo y ser sinceros, sin duda será un detonador en la estabilidad de la pareja para sentirse plenos.
Lo más seguro es que no tenga ningún problema. El doctor Russel Stambaugh, psicólogo y terapeuta sexual de Ann-Harbor, Michigan, comentó para un artículo publicado en WebMD que, en general, cuando una de las partes se interesa por la pornografía, su pareja cree que es un conflicto, pero rara vez lo es, ya que solo el 5% de quienes ven pornografía adoptan problemas que interfieren con su vida cotidiana.
Es probable que así te sientas traicionada si lo descubres. Tómalo como una oportunidad de platicar sobre ello. Tal vez él se avergonzaba de hablarlo por miedo a lo que pudieras pensar. Además considera que las chicas también tienen sus secretos. ¿Sabías que el 70% de las mujeres mantienen sus actividades en línea en secreto y que el 13% han admitido visitar sitios pornográficos en el trabajo?
Tal vez tu pareja se encuentre en ese 5% a quienes la pornografía ha afectado. Todo en exceso es perjudicial. Cuando esto se convierte en adicción, gasta demasiado, afecta su trabajo y su desempeño sexual contigo, o sus gustos van más allá de lo socialmente establecido, sin duda hay un problema y debe buscar la ayuda de un especialista, como lo comenta el doctor y psicólogo Ravi Chandra para la revista Psychology Today. La buena noticia es que hay cura para este tipo de adicción.
Recuerda que si tu pareja ve pornografía dentro de los límites, es algo natural y estimulante.
¿Sigues considerándolo como algo raro? Si él la ve y tú no, no vale la pena preocuparte ni pensar mal. ¡Háblalo! Todos tenemos curiosidad y la libertad de soñar y aprender.
¿Te atreverías a ver pornografía a su lado? Quizá juntos puedan echarle sal y pimienta a sus relaciones.
La película Don Jon nos muestra un claro ejemplo de la adicción al porno.
