Suscribete al boletín

Ingresa a continuación tu nombre y tu email y recibe las últimas novedades de Veintitantos

¡Muchas gracias por suscribirte!

Esperamos que disfrutes todos los contenidos que tenemos para ti

Vivan las curvas
06 de Septiembre

Curvas sin frenos: Buscando la posición sexual perfecta

¿Qué pasa cuando te mueres de ganas de tener sexo con tu galán pero piensas que tus curvas son un impedimento? Maveri nos cuenta su tremenda experiencia.

5300vistas

Compartir en otras redes

Maveri
Maveri

 

Algo que en verdad me angustia son las posiciones sexuales que me den placer a mí y a mi pareja, pero que al mismo tiempo no sean complicadas de hacer, ya sea por pena o porque a veces se me dificultan.



Y como toda mujer, me pregunto ¿cómo me acomodo para que él no note mis 'gorditos'? Por lo general, me siento muy orgullosa de mis curvas… cuando estoy vestida, pero si se trata de quedar en ropa interior (o sin ella) y estar con un chico en la intimidad, todo cambia.

Todo comenzó cuando empecé a salir con Luis, un chico bastante guapo y con actitud de 'mirrey', quien por cierto también tenia sus kilitos de más. El tipo me traía loquita y yo lo único que pensaba era cómo llevármelo a la cama, "¡éste no se me va vivo!", decía yo.

Pasé varios días pensando, imaginando y planeando la estrategia para guiarlo hasta mis sábanas, el único problema es que yo estaba convencida de que muchas de las posiciones que encontraba en las revistas eran para chicas delgadas, flexibles y que lucieran bien desde todos los ángulos. Imaginaba que la de 'El Misionero' me sacaría los rollitos del abdomen, 'El Perrito' dejaría expuestas mis grandes caderas, 'La Vaquera' provocaría que viera cómo mis senos saltaban sin control, 'El Columpio' me daba pena ¿y si sentía que yo pesaba demasiado? 'La Cucharita' no sonaba nada mal, pero no me encantaba…

Me quebré la cabeza planeando cómo pasar una noche inolvidable, así que me limitaba a considerar sólo aquellas posiciones en las que mis 'defectos' quedaran camuflajeados.



Por fin llegó mi oportunidad. Un día quedamos para salir en la noche y hacer la clásica rutina cine-cena-caminata… y 'casualmente' llegamos a mi departamento. Después de una corta plática en la sala pasamos a los besos y de inmediato supimos que íbamos terminar sin ropa.

Primero, era indispensable quedar a oscuras, así que entre beso y beso lo levanté del sillón, 'sutilmente' fuimos hasta la pared y apagué la luz, claro, sin contar con que mis cortinas eran casi transparentes y justo afuera había un enorme farol que iluminaba todo el depa, así que la estrategia de la penumbra no sirvió de nada.

Como la pasión era demasiada no tuve tiempo (ni ganas) de aplicar el clásico "voy a ponerme más cómoda" para estrenar el conjunto de encaje que compré para la ocasión, lo único que se me ocurrió para no quedar del todo desnuda fue dejarme la blusa puesta y arrastrarlo al sillón. Lo desvestí y entonces todo fue de mal en peor…

En mi afán por verme atractiva, contuve la respiración y puse el abdomen bien duro mientras me sentaba de frente sobre su regazo, lo que provocó que me faltara el aire, además de darme cuenta que mis muslos no me dejaban llegar bien hasta 'mi objetivo'. Ok, cambiemos de posición…



Le sugerí 'El Perrito', yo arrodillada en el sillón, pero al intentar acoplarnos resultó que yo quedaba muy abajo porque él era súper alto, entonces empezamos a practicar contorsionismo: mientras yo trataba de recargarme en mis espinillas para levantarme más, él dobló un poco las rodillas y ¡pum! Me resbalé, lo empujé y ambos terminamos sobre mi coquetísima mesita de centro (que ahora tendría marcada la sombra de su trasero). Ok… cambiemos de lugar…

Ya que estaba sentada sobre él, traté de hacer un movimiento astuto y sexy estilo 'Vaquera Invertida', pero en mi apuración de inclinarme rápido para que mi cintura se marcara más, al parecer me senté muy fuerte, la mesita no aguantó y se rompió… sin mencionar que caí sobre 'su amigo' y lo lastimé.

Por supuesto, la llama se apagó tras el grito de dolor: "Esto no está saliendo bien, ¿qué quieres hacer?", le dije. "Tal vez no es el momento, vamos muy rápido…", me contestó. Por supuesto, se vistió y se fue.

Me quedé con la luz apagada, una mesa rota, un conjunto de lencería sin estrenar, una tremenda vergüenza, ¡y todavía con ganas!



Después de pensar un largo rato en esa desastrosa noche, llegué a la conclusión de que hubiera preferido que viera mis imperfecciones y gozar el momento que tanto había deseado, a que se quedara pensando que estoy loca u obsesionada o peor, ¡qué soy mala en la cama!

 

Síguenos en Facebook y Twitter

¿Ya conoces nuestro Fan Page de Vivan las Curvas?

Los Tags
  • Grupo Editorial Notmusa

  • 15 a 20

    "Crepúsculo la Saga: Amanecer Parte 2"

    Te regalamos un libro

    Victoria's Secret Fashion Show 2012

  • Tv Notas

    ¡Igualita a su mamá! La hija de Alessandra Ambrosio ya debutó como modelo

    Andrea Casiraghi, heredero de Mónaco, espera a su primer hijo

    Selena Gómez y Justin Bieber ¿terminaron su noviazgo?

  • Record.com.mx

    Ábner Mares se queda con las ganas de enfrentar a Donaire

    Niña enloquece liga de futbol americano

    Juan Gabriel, prueba de fuego para el pasto del Omnilife

  • Iab
  • Comscore
  • E-Planning

Copyright © 2012 - Todos los derechos reservados

Grupo Editorial Notmusa

Directorio | Términos y condiciones | Aviso de privacidad

Diseño y Desarrollo